Sección 102

1

De cierto os digo a vosotros, los que os habéis reunido para que podáis saber mi voluntad con respecto a la redención de mi pueblo afligido:

2

A. He aquí, os digo que sino fuera por las transgresiones de mi pueblo, hablando de la Iglesia y no de individuos, ya podrían haber sido redimidos.

B. Pero, he aquí, no han aprendido a obedecer las cosas que requerí de sus manos, sino que están llenos de toda especie de iniquidad, y no imparten de sus substancias a los pobres y a los afligidos entre ellos, como conviene a los miembros de la Iglesia, ni están unidos de acuerdo con la unión que requiere la ley del reino celestial.

C. No se puede edificar a Sión sino conforme a los principios de la ley del reino celestial; de otra manera, no la puedo recibir a mí mismo.

D. Si fuere necesario, mi pueblo ha de ser castigado hasta que aprenda la obediencia, por las cosas que sufre.

3

A. No hablo de aquellos que han sido ordenados para guiar a mi pueblo, quienes son los primeros ancianos de mi Iglesia, porque no todos están bajo esta condenación; sino que hablo de mis congregaciones fuera de aquí.

B. Hay muchos que dirán: ¿Dónde está su Dios? He aquí, Él los librará en la hora de la aflicción; pues de no ser así, no subiremos a Sión, y nos quedaremos con nuestro dinero.

C. Por lo tanto, a causa de la transgresión de mi pueblo, es conforme a mis propósitos que mis ancianos esperen durante un corto tiempo la redención de Sión para que ellos mismos se preparen, y que mi pueblo pueda ser instruido más efectivamente y adquiera experiencia, y sepa más cabalmente su deber y las cosas que de sus manos les requiero.

D. Esto no puede llevarse a cabo sino hasta que mis ancianos sean investidos con poder de lo alto.

E. Porque, he aquí, he preparado una magna investidura y bendición que será derramada sobre ellos, si son fieles y continúan siendo humildes ante mí.

F. Así pues, es conforme a mis propósitos que mis ancianos esperen un corto tiempo la redención de Sión; pues, he aquí, no requiero de sus manos que peleen las batallas de Sión; porque cumpliré lo que dije en un mandamiento anterior: Yo pelearé vuestras batallas.

4

A. He aquí, he enviado al destructor para destruir y asolar a mis enemigos;

B. Y dentro de no muchos años no quedarán para contaminar mi heredad, ni para blasfemar mi nombre sobre las tierras que he consagrado para el recogimiento de los miembros de mi Iglesia.

5

A. He aquí, he mandado a mi siervo José Smith, hijo, que diga a la fuerza de mi casa, o sea a mis guerreros, mis jóvenes y los de mediana edad, que se junten para la redención de mi pueblo, para derribar las torres de mis enemigos y esparcir a sus atalayas.

B. Mas la fuerza de mi casa no ha prestado atención a mis palabras; pero ya que hay algunos que han atendido a mis palabras, les he preparado una bendición y una investidura, con tal de que permanezcan fieles.

C. He oído sus oraciones y aceptaré su ofrenda, y es según mi sabiduría traerlos hasta aquí para probar su fe.

6

A. Y ahora, de cierto os digo: Un mandamiento os doy que cuantos de los que han subido hasta aquí, y que puedan quedarse en estas regiones circundantes, que lo hagan.

B. Y aquéllos que no puedan quedarse, quienes tengan familias en el este, que permanezcan durante una corta temporada, tal tiempo que mi siervo José Smith, hijo, se lo indicare, porque yo le aconsejaré con respecto a este asunto; y todas las cosas que él les asignare, se cumplirán.

7

A. Y que todo mi pueblo que mora en las regiones circundantes sea fiel, y devoto, y sea muy humilde ante mí, y no revele las cosas que les he dado a conocer, hasta que sea conforme a mis propósitos que ellas sean reveladas.

B. No habléis de juicios, ni os vanagloriéis de vuestra fe, ni de obras poderosas; antes bien, congregaos cuidadosamente, todos cuantos podáis, en una región en la medida que sea consecuente con las actitudes de la gente, vuestros vecinos.

C. He aquí, os daré favor y gracia ante los ojos de vuestros enemigos, a fin de que podáis vivir en paz y seguridad, mientras decís a la gente: Administradnos juicio y justicia conforme a la ley, y rectificad los agravios que nos habéis hecho.

8

A. Ahora, he aquí, os digo, amigos míos: De esta manera hallaréis favor ante los ojos de la gente, hasta que el ejército de Israel llegue a ser muy grande.

B. Yo ablandaré los corazones de la gente, de vez en cuando, como hice con el corazón de Faraón, hasta que mi siervo José Smith, hijo, y mis ancianos, a quienes he designado, hayan tenido tiempo para enviar hombres sabios, para que cumplan lo que he mandado en lo tocante a la compra de todos los terrenos del condado de Jackson que se puedan comprar, así como en los condados contiguos, porque es mi voluntad que se compren estos terrenos, y después que se hayan comprado, que los miembros de mi Iglesia los posean de acuerdo con las leyes de consagración que les he dado.

C. Después de que se hayan comprado estos terrenos, les hallaré sin culpa a los ejércitos de Israel si toman posesión de sus propios terrenos, que previamente hayan comprado con su dinero, y si derriban las torres de mis enemigos que se hallen sobre ellos,

D. Dispersando a sus guardas y vengándome de mis enemigos hasta la tercera y la cuarta generación de los que me odian.

9

A. Pero, primero, que mi ejército se haga muy grande, y se santifique ante mí, para que llegue a ser hermosos como el sol, y esclarecido como la luna, y sus pabellones sean terribles para todas las naciones;

B. Para que los reinos de este mundo se vean constreñidos a admitir que el reino de Sión es en verdad el reino de nuestro Dios y de Su Cristo. Sujetémonos, pues, a sus leyes.

10

A. De cierto os digo: Es conforme a mi sabiduría que los primeros ancianos de mi Iglesia reciban sus investiduras de lo alto, en mi casa, la cual he mandado edificar a mi nombre en la tierra de Kirtland.

B. Que los mandamientos que he dado concernientes a Sión y su ley se ejecunten y se cumplan después de su redención.

C. Hubo un día para llamar, pero ahora ha llegado el tiempo de escoger. Escójase a los que son dignos. Les será manifestado a mi siervo por la voz de mi Espíritu quiénes son los escogidos, y serán santificados;

D. Y con tal de que obedezcan el consejo que reciban, después de muchos días tendrán el poder de llevar a cabo todas las cosas pertenecientes a Sión.

11

A. De nuevo os digo: Tratad de obtener la paz, no sólo entre la gente que os ha afligido, sino también entre toda la gente.

B. Alzad un estandarte de paz y proclamadla hasta los confines de la tierra.

C. Haced propuestas de paz a los que os han afligido, según la voz del Espíritu que está en vosotros, y todas las cosas contribuirán a vuestro bien.

D. Por lo tanto, sed fieles; y he aquí mirad, yo estoy con vosotros aun hasta el fin. Así sea. Amén.