Sección 111

1

A. Según es costumbre de todas las naciones civilizadas, el matrimonio va regido por leyes y ceremonias.

B. Por lo tanto, creemos que todo sacramento matrimonial en esta Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días debería solemnizarse en una reunión pública o asamblea, preparada con dicho fin;

C. Y que la solemnización debería llevarla a cabo un sumo sacerdote presidente, un sumo sacerdote, un obispo, un anciano o un sacerdote, ni tan siquiera prohibiendo a las personas que deseen casarse que lo hagan por medio de otra autoridad.

D. Creemos que no es correcto prohibir a los miembros de esta Iglesia que se casen con personas que no pertenecen a la Iglesia, si tal es su determinación, pero se considerará que dichos miembros son débiles en la fe de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

2

A. El matrimonio debería celebrarse con oraciones y acción de gracias; y en el acto de la solemnización, el ministro que oficie, según se lo indique el Espíritu Santo, dirigirá la palabra a las personas que vayan a casarse, quienes estarán juntas y de pie, el hombre a la derecha y la mujer a la izquierda; y si no hay ninguna objeción legal, llamando a cada uno por su nombre, dirá:

B. ¿Estáis ambos de vosotros de mutuo acuerdo en ser el uno compañero del otro, como marido y esposa, y en observar los derechos legales que corresponden a esta condición, es decir, en entregaros enteramente el uno al otro, con exclusión de todos los demás, durante toda la vida?

C. Cuando hayan contestado que si, el ministro los declarará marido y esposa en el nombre del Señor Jesucristo, y en virtud de las leyes del país y de la autoridad que le ha sido conferida.

D. Luego él dirá: Que Dios os aumente Sus bendiciones y os guarde, para que cumpláis vuestros convenios de ahora en adelante y para siempre. Amén.

3

El secretario de cada congregación de la Iglesia deberá llevar un registro de todos los matrimonios solemnizados en su congregación.

4

A. Todos los convenios matrimoniales concertados antes del bautismo de una persona en esta Iglesia, serán considerados sagrados y se cumplirán.

B. En vista de que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha sido vituperada con el crimen de fornicación y de poligamia, declaramos que creemos que un hombre debe tener solamente una esposa; y una mujer debe tener únicamente un marido, excepto en caso de muerte, cuando cualquiera de los dos queda en libertad para volverse a casar.

C. No es correcto persuadir a una esposa para que se bautice en contra de la voluntad de su marido, ni tampoco es legal influirla para que deje a su marido.

D. Todos los hijos están legalmente obligados a obedecer a sus padres. Es ilegal e injusto influir a dichos hijos, sin el consentimiento de sus padres, para que adopten cualquier fe religiosa, o se hagan bautizar, o se separen de sus padres.

E. Creemos que todas las personas que ejercen un control sobre sus semejantes y les impiden adoptar la verdad, tendrán que rendir cuentas por este pecado.