Sección 12

1

A. Una obra grande y maravillosa está a punto de aparecer entre los hijos de los hombres.

B. He aquí, yo soy Dios, escucha atentamente mi palabra, que es viva, eficaz y más aguda que una espada de dos filos, y capaz de dividir en dos no solo las coyunturas sino también los tuétanos.

C. Por consiguiente, presta atención a mi palabra.

2

A. He aquí, el campo ya está blanco, listo para la siega; por tanto, quien quisiere segar, que meta su hoz con fuerza y siegue mientras dure el día, a fin de que pueda así atesorar para su alma la salvación sempiterna en el reino de Dios.

B. Sí, quienquiera que meta su hoz y siegue, aquél es llamado de Dios; por lo tanto, si me pidieres, recibirás; si llamares, se te abrirá.

3

A. Esfuérzate en poner de manifiesto y establecer a mi Sión.

B. Guarda mis mandamientos en todas las cosas; y si guardas mis mandamientos y perseveras hasta el fin, tendrás la vida eterna, la cual es el don mayor de todos los dones de Dios.

4

A. Y sucederá que si le pides al Padre en mi nombre, creyendo con fe, recibirás el Espíritu Santo, el cual da facultad de expresarse, para que seas testigo de las cosas que oirás y verás

B. Y también para que declares el arrepentimiento a esta generación.

5

A. He aquí, soy Jesucristo, el Hijo del Dios viviente, quien ha creado los cielos y la tierra; una luz que no se puede esconder en las tinieblas.

B. Por lo tanto, he de llevar la plenitud de mi evangelio de los gentiles a la casa de Israel.

C. He aquí, tú eres David, y eres llamado para ayudar; y si lo haces, y eres fiel, serás bendecido, tanto espiritual como temporalmente, y grande será tu recompensa. Amén.