Sección 124

Por la gracia de Dios y del Señor Jesucristo, en respuesta a mis oraciones, me hallo facultado para escribiros, así como a la Iglesia. En la noche del 7 de abril del año de nuestro Señor 1897, y en la mañana del día 8, me hallé en el Espíritu Santo y se me mandó que escribiera y dijera a los ancianos y a la Iglesia:

1

Así dice el Espíritu Santo de vuestro Señor y Salvador Jesucristo: Vuestros ayunos y vuestras oraciones han sido aceptadas y han conseguido su objeto.

2

A. Separad y poned aparte a mi siervo Alejandro Hale Smith para que sea consejero a mi siervo, el Presidente de la Iglesia, hermano suyo; y para que sea patriarca de la Iglesia y evangelista de toda la Iglesia.

B. Asimismo, nombrad a mi siervo Edmundo L. Kelly, obispo de la Iglesia, para que actúe como consejero al Presidente de la Iglesia, durante el año de la conferencia, o hasta que se escoja a alguien que suceda a mi siervo Guillermo W. Blair, a quien he recibido para estar conmigo.

C. Edmundo L. Kelly ha de servir en el concilio con sus hermanos de la presidencia y actuar con y para ellos y para la Iglesia; aunque todavía estará y servirá en el oficio de su llamamiento como obispo de la Iglesia con sus hermanos del Obispado.

3

El Concilio de los Doce Apóstoles, mis siervos, pueden escoger y nombrar a uno de entre los suyos para que ocupe el lugar de mi siervo Alejandro H. Smith, y si entre ellos escogen a Guillermo H. Kelley para esta posición me será agradable; no obstante, si el espíritu de revelación y sabiduría así lo indica, pueden escoger a otro.

4

A. Y para que el concilio se halle completo y esté dispuesto para servir como un conjunto en los concilios de la Iglesia, en igualdad con la Presidencia y los Setenta, escójase y pongase aparte para servir como apóstoles en el Concilio de los Doce Apóstoles a mis siervos Isaac N. White, Juan W. Wight y Ricardo C. Evans, puesto que se les llama a este oficio y a este llamamiento.

B. Si aceptan este nombramiento y continúan siendo humildes y diligentes, serán bendecidos junto con sus hermanos en el ministerio de la palabra y en traer almas a mí. Que el concilio no dude sino que crea y yo, el Señor, los bendeciré.

5

A. Mis siervos, los presidentes de los Setenta, pueden, con el consentimiento y la aprobación de sus hermanos de los Setenta reunidos en concilio, escoger a uno de entre sus hermanos para que sirva en el lugar de mi siervo Isaac N. White, si éste acepta el nombramiento al concilio de los Doce Apóstoles, y la Iglesia aprueba su elección.

B. De la misma manera pueden llenar cualquiera otra vacante que ha ocurrido o que ocurrirá; y tal selección y nombramiento ha de ser hecho en el espíritu de oración, suplicación y sabiduría, y ser aprobado por la Iglesia.

6

A. Es de conformidad con la inspiración que los siete presidentes de los Setenta presidirán a la totalidad de los Setenta cuando se hallen reunidos en Concilio.

B. El decano, o presidente electo de los siete presidentes, presidirá a los otros seis presidentes en sus concilios como presidentes de los Setenta.

C. Cuando el uno o el otro de los concilios se halle reunido en deliberación, en calidad de concilio, entonces su presidente electo presidirá en sus sesiones.

D. Cuando se halle reunido en deliberación cualquiera de los Concilios de los Setenta, uno cualquiera o bien todos los siete presidentes, pueden por petición propia, o por invitación de dicho concilio, estar presentes y tomar parte en las deliberaciones de dicho concilio, pero únicamente el presidente del mencionado concilio presidirá, a menos que se obtenga el consentimiento del concilio mediante una votación debidamente efectuada.

7

A. Se advierte a los hijos de mi siervo el Presidente de la Iglesia, a los hijos de mi siervo Guillermo W. Blair, a quien me llevé para estar conmigo, a los hijos de mi siervo obispo de la Iglesia, y a los hijos de mis siervos de los principales concilios.

B. Que se ha colocado sobre sus padres una carga grande y pesada, y se les ha llamado a dedicarse a una gran obra, que les acarreará honor y gloria o vergüenza, menosprecio y finalmente una gran pérdida y destrucción;

C. Según desempeñen sus deberes con rectitud, fidelidad y diligencia, de una manera aceptable a Dios, o bien fracasen en su llamamiento y en sus ministerios, por descuido, pereza e iniquidad;

D. Y sus hijos recibirán honor o vergüenza según merezcan la aprobación o la reprobación de Dios.

E. Estos hijos de mis siervos tienen el llamamiento y, si son fieles, a su debido tiempo se les escogerá para que ocupen los lugares en los que sus padres caigan, fracasen o reciban un relevo honroso ante el Señor y ante la Iglesia.

8

A. El Espíritu Santo dice también a la Iglesia: Tened ánimo.

B. El Padre Eterno se ha complacido en aceptar muchos de los sacrificios de Su pueblo; y, no obstante, algunos han caído mientras se hallaban ocupados en sus obras; y algunos se les ha probado y todavía se les está probando; algunos han estado y están afligidos, empero el Señor ha visto la aflicción y las probaciones, y Él los aceptará y los bendecirá, y nadie perderá su recompensa.

Hermanos del ministerio y miembros de la Iglesia; mi alma se ha visto confortada, mi espíritu y mi cuerpo se han fortalecido, y mi corazón se ha alegrado sobremanera con la bendita y santa influencia del Espíritu que estuvo conmigo, y todavía se halla conmigo mientras escribo; haciéndome dar alabanzas, honor y gloria a Dios y al Cordero, a quienes pertenecen el honor y la gloria, y con quienes están la fuerza, el poder y el dominio para siempre jamás. Amén.

Vuestro servidor por amor de Cristo.

José Smith III
Presidente de la Iglesia

Lamoni, Estado de Iowa, EE.UU.,
el 9 de abril de 1897