1
A. Atiende, Juan siervo mío, y escucha las palabras de Jesucristo, tu Señor y Redentor.
B. He aquí, te hablo con firmeza y poder, porque mi brazo se extiende sobre toda la tierra, y te diré lo que ningún hombre sabe sino tú y yo solos;
C. Porque muchas veces has deseado saber de mí lo que sería de máximo valor para ti.
2
He aquí, bendito eres por esto, y por haber declarado las palabras que te he dado, de conformidad con mis mandamientos.
3
Y ahora, he aquí, te digo que la cosa de máximo valor para ti será declarar el arrepentimiento a este pueblo, a fin de que traigas almas a mí, para que descanses con ellas en el reino de mi Padre. Amén.