Sección 136

A la Iglesia: En virtud de mi posición oficial, como también en mis meditaciones y oraciones personales he pensado mucho en la situación de la Iglesia y de los componentes del Concilio de los Doce Apóstoles y del Obispado Presidente, y he encarecidamente suplicado el consejo y la sabiduría de Dios. En la creencia de que dicha sabiduría e inspiración me han sido concedidas, presento lo siguiente como las palabras que el Señor ahora nos dirige:

1

A. Dadas las condiciones que existen, es mi voluntad que el Obispo Alberto Carmichael sea relevado de sus responsabilidades como Obispo Presidente. Es digno de alabanzas por la fiel devoción que ha dedicado a las onerosas tareas que le ha tocado realizar.

B. En su lugar, elíjase al Obispo Lemuel F. P. Curry para que dedique a este cargo todo el tiempo y todas las energías que la oportunidad y las condiciones en que se halla le permitan, trabajando en espera de que llegue el momento en que pueda dedicar todo su tiempo y toda su atención al trabajo del oficio a que ha sido llamado.

C. En el trabajo de este oficio debe acompañarle en calidad de consejero el Obispo J. Leslie DeLapp, y otro debe ser nombrado por el Obispo Curry, según la prudencia y la voz de la inspiración le indiquen, y su selección ha de ser ratificada por la conferencia.

2

Para llenar una vacante entre los miembros de los Doce Apóstoles, póngase aparte a Jorge G. Lewis y ordénesele apóstol, y tome él su lugar en aquel concilio, y entre con sus hermanos a tomar parte en el trabajo activo del concilio apostólico como representantes de la Iglesia.

3

A. Los pasos en pro de una mejor comprensión de las responsabilidades, los deberes y los fines ministeriales, y en pro de la unidad de esfuerzos en la enseñanza, en la predicación, en la evangelización y en el perfeccionamiento de los miembros de la Iglesia, son agradables al Señor.

B. Las disputas, las pendencias y las contiendas que obstruyen la obra de la Iglesia son indignas, y no deberían existir entre los miembros de la Iglesia.

C. Tan sólo en la paz de la fraternidad y la unidad de aquéllos que han discernido el espíritu de la redención sionista puede llevarse a cabo la obra del Señor. ¡Que la Iglesia dedique sus energías a esa tarea!

Federico M. Smith
Presidente de la Iglesia

Independence, Estado de Missouri, EE.UU.,
el 14 de Abril de 1932