Sección 24

1

A. Escucha la voz del Señor tu Dios mientras te hablo, Emma Smith, hija mía, porque de cierto te digo: Todos los que reciben mi evangelio son hijos e hijas en mi reino.

B. Te doy una revelación concerniente a mi voluntad, y si eres fiel y andas ante mí por las sendas de la virtud, te preservaré la vida y recibirás una herencia en Sión.

C. He aquí, tus pecados te son perdonados, y eres señora escogida a quien he llamado.

D. No murmures a causa de las cosas que no has visto, porque se hallan retenidas de ti y del mundo, según mis sabios propósitos para lo venidero.

2

A. La función de tu llamamiento será la de confortar en sus aflicciones a mi siervo José Smith, hijo, tu marido, en el espíritu de mansedumbre con palabras consoladoras.

B. Irás con él cuando saliere, y serás su escribiente, mientras no haya otro que escriba por él, para que yo pueda enviar a mi siervo Oliverio Cowdery a cualquier parte que yo disponga.

C. Serás ordenada bajo las manos de mi siervo José Smith, hijo, para exponer las Sagradas Escrituras, y para exhortar a los de la Iglesia, según lo que te sea dado por medio de mi Espíritu; porque él te impondrá las manos y recibirás el Espíritu Santo, y dedicarás tu tiempo a escribir y a aprender mucho.

D. No tienes porqué temer, pues tu marido te sustentará en la Iglesia; porque para ellos es el llamamiento de él, a fin de que, según la fe de ellos les sean reveladas todas las cosas que yo quiera.

3

A. De cierto te digo que has de desechar las cosas de este mundo y buscar las de uno mejor.

B. También serás designada para seleccionar, conforme seas inspirada, himnos sagrados para el uso de mi Iglesia, lo cual me será agradable; porque mi alma se deleita en el canto del corazón; sí, el cántico de los fieles es una oración para mí; y será contestada con una bendición sobre sus cabezas.

C. Por tanto, eleva tu corazón y regocíjate, y mantente firme en los pactos que has hecho.

4

A. Continúa en el espíritu de mansedumbre, y guárdate del orgullo. Deléitese tu alma en tu marido y en la gloria que él recibirá.

B. Guarda mis mandamientos continuamente, y recibirás una corona de rectitud. Y a menos que lo hiciereis, no podrás venir adonde yo estoy.

C. De cierto, de cierto te digo, que ésta es mi admonición para todos. Amén.