Sección 34

1

A. Escuchad la voz del Señor, vuestro Dios, aun el Alfa y la Omega, el principio y el fin, cuyo curso es un círculo eterno, quien es el mismo hoy como ayer y para siempre jamás.

B. Soy Jesucristo, el Hijo de Dios, quien fue crucificado por los pecados del mundo, aun por cuantos creyeren en mi nombre, a fin de que puedan llegar a ser hijos de Dios, aun uno en mí, así como estoy en unión con el Padre, y el Padre está en unión conmigo, para que seamos uno.

2

A. He aquí, de cierto, de cierto, te hablo a ti, Sidney Rigdon, siervo mío; Yo te he observado, y he visto tus obras. He oído tus oraciones y te he preparado para una obra mayor.

B. Bendito eres, porque harás grandes cosas. He aquí, no sabías que fuiste enviado como lo fue Juan, para preparar el camino delante de mí, y delante de Elías el profeta que había de venir.

C. Hasta ahora bautizaste en el agua para arrepentimiento, pero los bautizados no recibieron el Espíritu Santo; mas ahora te doy un mandamiento que bautices en agua, y los que bautices recibirán el Espíritu Santo mediante la imposición de manos, aun como lo hacían los apóstoles de la antigüedad.

3

A. Y acontecerá que habrá una gran obra en la tierra, aun entre los gentiles, porque su insensatez y sus abominaciones serán puestas de manifiesto ante los ojos de toda la gente.

B. Porque soy Dios, y mi poder no ha disminuido, y mostraré milagros, señales y prodigios a todos los que creyeren en mi nombre.

C. Quienes con fe lo pidan en mi nombre, echarán fuera demonios; sanarán enfermos; harán que los ciegos reciban su vista, los sordos oigan, los mudos hablen y los cojos anden.

D. Viene pronto la hora en que se manifestarán grandes cosas a los hijos de los hombres; mas sin la fe nada será manifestado salvo desolaciones en Babilonia, la cual ha hecho que todas las naciones beban del vino del furor de su fornicación.

E. No hay quien haga lo bueno salvo aquéllos que se hallan dispuestos a recibir la plenitud de mi evangelio, la cual he enviado a esta generación.

4

A. Por lo tanto, he llamado a lo débil del mundo, a los que son indoctos y despreciados, para trillar a las naciones por el poder de mi Espíritu.

B. Su brazo será mi brazo, y yo seré su escudo y su pavés, y les fortificaré bien con mis verdades y lucharán por mí;

C. Y los enemigos de ellos estarán debajo de sus pies; y dejaré caer la espada en su defensa; y por el fuego de mi indignación los preservaré.

D. Y se predicará el evangelio a los pobres y mansos, y esperarán la hora de mi venida, porque ya se acerca.

E. Y aprenderán la parábola de la higuera, porque ahora mismo está para entrar el verano, y he enviado la plenitud de mi evangelio por la mano de mi siervo José Smith, hijo.

F. En su debilidad le he bendecido, y le he dado las llaves del misterio de aquellas cosas que han sido selladas, aun cosas que han existido desde la fundación del mundo, y las cosas que vendrán desde ahora hasta el momento de mi venida si persevera en mí; y si él no persevera en mí, pondré a otro en su lugar.

5

A. Por lo tanto, vela sobre él para que no falte su fe, y será manifestado por el Consolador, el Espíritu Santo, que sabe todas las cosas.

B. Se te darán las Escrituras tal cual se hallan en mi propio seno, para la salvación de mis escogidos; porque éstos oirán mi voz y me verán y no estarán dormidos, y podrán soportar el día de mi venida, porque estarán purificados, aun como yo soy puro.

C. Ahora te digo: Quédate con él, y él viajará contigo. No le abandones, y ciertamente estas cosas se cumplirán.

D. Cuando vosotros no estéis escribiendo, he aquí, a él se le concederá profetizar; y tú predicarás mi evangelio e invocarás a los santos profetas para comprobar las palabras que él profiriere, a medida que le sean dadas.

6

A. Guardad todos los mandamientos y pactos que os ligan, y sacudiré los cielos por vuestro bien, y Satanás temblará, y Sión se regocijará sobre los collados, y florecerá; e Israel será salvo a mi propio y debido tiempo.

B. Serán guiados por las llaves que he dado, y nunca más serán ya confundidos.

C. Elevad vuestros corazones y alegraos; vuestra redención se acerca.

D. No temáis, rebaño, el reino es vuestro hasta que yo venga. He aquí, vengo pronto, Así sea. Amén.