Sección 40

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A. He aquí, de cierto os digo que el corazón de mi siervo Jaime Covill era recto ante mí, porque pactó conmigo que obedecería a mi palabra

B. Él recibió la palabra con alegría, pero al instante Satanás le tentó; y el temor de la persecución y los afanes del mundo le hicieron rechazar la palabra; por consiguiente, quebrantó mi pacto;

C. Y me queda hacer con él lo que bien me parezca. Amén.