Sección 43

1

A. Escuchad, vosotros, los ancianos de mi Iglesia, y estad atentos a las palabras que os diré; porque he aquí, de cierto, de cierto os digo, que habéis recibido un mandamiento que será ley para mi Iglesia, por medio de aquél a quien os he designado para recibir mandamientos y revelaciones de mi mano.

B. Esto lo sabréis con toda seguridad: que ningún otro os ha sido designado para recibir mandamientos y revelaciones, hasta que él fuere quitado, si es que perseverare en mí.

2

A. Pero, de cierto, de cierto os digo, que ningún otro será designado a este don sino por medio de él; porque si le fuere quitado, él no tendrá poder sino para nombrar a otro en su lugar.

B. Esto será ley para vosotros: No recibiréis como revelaciones o mandamientos las enseñanzas de ninguno que viniere ante vosotros; y esto os lo doy para que no seáis engañados, y para que sepáis que tales enseñanzas no provienen de mí.

C. Porque, de cierto os digo, el que es ordenado por mí entrará por la puerta y será ordenado como os he dicho antes, para enseñar aquellas revelaciones que habéis recibido, y que recibiréis por medio de aquél a quien yo he designado.

3

A. Ahora, he aquí, os doy un mandamiento: Que cuando os reuniereis, os instruyáis y os edifiquéis los unos a los otros, para que sepáis cómo conduciros y cómo dirigir mi Iglesia, cómo obrar en los puntos de mi ley y de los mandamientos que os he dado;

B. Así os instruiréis en las leyes de mi Iglesia, y seréis santificados por lo que habéis recibido, y os obligaréis a obrar con toda santidad ante mí, ya que si así lo hiciereis se añadirá gloria al reino que habéis recibido.

C. Si no lo hiciereis, os será quitado aun lo que habéis recibido.

D. Purificaos de la iniquidad que existe entre vosotros; santificaos ante mí, y si deseáis las glorias del reino, nombrad a mi siervo José Smith, hijo, y sostenedle ante mí por la oración de fe.

E. Asimismo, os digo que si deseáis los misterios del reino, proporcionadle alimento y ropa y cualquier cosa que necesitare para consumar la obra que yo le he mandado ejecutar;

F. Y si no lo hacéis, permanecerá entre los que le han recibido, a fin de que yo pueda reservarme un pueblo puro ante mí.

4

A. Otra vez digo: Escuchad, vosotros, ancianos de mi Iglesia, a quienes he nombrado.

B. No sois enviados para que se os enseñe, sino para enseñar a los hijos de los hombres las cosas que yo he puesto en vuestras manos mediante el poder de mi Espíritu;

C. Y se os ha de enseñar de lo alto.

D. Santificaos y seréis investidos con poder, para que podáis enseñar aun como yo lo he dicho.

5

A. Escuchad porque, he aquí, el gran día del Señor ya se acerca.

B. Porque viene el día en que el Señor hablará desde el cielo; los cielos se estremecerán y la tierra temblará, y la trompeta de Dios sonará largamente y con voz alta, y dirá a las naciones dormidas:

C. ¡Levantaos, santos, y vivid; quedaos, pecadores, y dormid hasta que llame otra vez! Por lo tanto, preparaos bien, no sea que se os halle entre los inicuos. Alzad vuestras voces y no os detengáis.

D. Llamad a las naciones a que se arrepientan, tanto a los jóvenes como a los ancianos, tanto a los esclavos como a los libres, diciendo:

E. Preparaos para el gran día del Señor; porque si me odiáis a mí, que soy hombre, y que alzo mi voz para exhortaros al arrepentimiento, que diréis cuando venga el día en que los truenos harán resonar sus voces desde los cabos de la tierra, hablando a los oídos de todos los vivientes, diciendo:

F. Arrepentíos y preparaos para el gran día del Señor; Sí, y asimismo cuando los relámpagos resplandecerán desde el este hasta el oeste, y lanzarán sus voces a todos los vivientes, y harán que retiñan los oídos de todos los que escuchen, diciendo estas palabras:

G. Arrepentíos, porque el gran día del Señor ha llegado.

6

A. Además, el Señor dará Su voz desde los cielos, diciendo: Escuchad vosotras las naciones de la tierra, y oíd las palabras de ese Dios que os creó;

B. Oh, vosotras, naciones de la tierra, ¡cuántas veces quise juntaros como la gallina junta a sus polluelos debajo de las alas, mas vosotros no quisisteis!

C. ¡Cuántas veces os he llamado por boca de mis siervos, y por el ministerio de ángeles, y por mi propia voz, y por la de truenos, relámpagos, tempestades, terremotos y grandes granizadas, y también por la voz de hambres y pestilencias de toda clase! ¡Cuántas veces os he llamado todo el día, por el gran sonido de una trompeta y por la voz de juicio y la de misericordia, y por la voz de gloria, honra, y las riquezas de la vida eterna, y os hubiera salvado con una salvación sempiterna, mas vosotros no quisisteis!

D. He aquí, el día ha llegado en que el cáliz de la ira de mi indignación está lleno.

7

A. He aquí, de cierto os digo que éstas son las palabras del Señor vuestro Dios; por lo tanto, trabajad, trabajad en mi viña por última vez.

B. Por última vez llamad a los habitantes de la tierra, porque a mi propio y debido tiempo vendré sobre la tierra en juicio; y mi pueblo será redimido y reinará conmigo sobre la tierra;

C. Porque vendrá el gran milenio de que yo he hablado por la boca de mis siervos; porque Satanás será atado; y cuando de nuevo esté suelto, reinará solamente por una corta temporada, y entonces vendrá el fin de la tierra.

D. El que viviere en rectitud será cambiado en un abrir y cerrar de ojos;

E. Y la tierra pasará así como por fuego.

F. Los inicuos irán a un fuego que nunca se apagará;

G. Y el fin de ellos ningún hombre en la tierra lo sabe, ni lo sabrá jamás, hasta que aparezcan en juicio ante mí.

8

A. Escuchad vosotros estas palabras: He aquí, soy Jesucristo, el Salvador del mundo.

B. Atesorad estas cosas en vuestros corazones, y repósense sobre vuestras mentes las solemnidades de la eternidad.

C. Sed serios. Guardad todos mis mandamientos. Así sea. Amén.