Sección 58

1

A. Escuchad, oh vosotros, ancianos de mi Iglesia, y estad atentos a mi palabra, y aprended de mi cuál es mi voluntad respecto a vosotros, así como a esta tierra a la que os he enviado.

B. De cierto os digo: Bendito es el que guarda mis mandamientos, sea en vida o en muerte; y en el reino de los cielos es mayor el galardón de aquél que es fiel en las tribulaciones.

2

A. En este tiempo no podéis ver con los ojos naturales el designio de vuestro Dios concerniente a aquellas cosas que vendrán de aquí en adelante, y la gloria que seguirá después de mucha tribulación.

B. Porque tras mucha tribulación vienen las bendiciones. Por lo tanto, viene el día en que seréis coronados con mucha gloria; no es todavía la hora, pero se acerca.

3

A. Recordad esto que os digo de antemano, para que lo guardéis en el corazón y recibáis lo que sigue:

B. He aquí, de cierto os digo que por este motivo os he enviado, para que seáis obedientes, y que vuestros corazones estén preparados para dar testimonio de las cosas que han de venir;

C. Y también para que tengáis el honor de poner los cimientos y dar testimonio de la tierra sobre la cual se alzará la Sión de Dios; y también para que se prepare un banquete de manjares suculentos para los pobres;

D. Sí, un festín de cosas ricas, de vino purificado y bien refinado, a fin de que la gente de la tierra sepa que los dichos de los profetas no fallarán; sí, una cena de la casa del Señor, bien preparada, a la cual serán convidadas todas las naciones;

E. Primero, los ricos y los doctos, los sabios y los nobles; y después viene el día de mi poder;

F. Luego los pobres, los cojos, los ciegos y los sordos vendrán a la boda del Cordero y tomarán parte en este banquete del Señor, preparados para el gran día que ha de venir. He aquí, yo, el Señor, lo he dicho.

4

A. Por este motivo os he enviado hasta aquí, a fin de que el testimonio salga de Sión, sí, de la boca de la ciudad de la herencia de Dios.

B. He escogido a mi siervo Eduardo Partridge, y le he designado su responsabilidad en esta tierra. Mas si no se arrepiente de sus pecados, los cuales son incredulidad y dureza de corazón, que se guarde, no sea que caiga.

C. He aquí, ya se le ha dado su misión, y no se le volverá a dar.

D. Quienquiera que desempeñe este obispado es nombrado juez en Israel, como lo era en la antigüedad, para repartir los terrenos de la herencia de Dios a Sus hijos, y para juzgar a Su pueblo según el testimonio de los justos y con la ayuda de sus consejeros, de acuerdo con las leyes del reino dadas por los profetas de Dios.

E. De cierto os digo: Ha de guardarse mi ley en esta tierra.

5

A. Que nadie se piense que es gobernante; dejad más bien que Dios gobierne al que juzga, por medio de la revelación de Su propia voluntad; esto se aplica también al que aconseja o se sienta en el tribunal.

B. Que nadie quebrante las leyes del país, porque quien observa las leyes de Dios no tiene necesidad de quebrantar las leyes del país; someteos, pues, a las autoridades existentes, hasta que reine Aquél cuyo derecho es reinar y sujete a todos Sus enemigos debajo de Sus pies.

C. He aquí, las leyes que habéis recibido de mi mano son las leyes de la Iglesia, y bajo este punto de vista las habéis de presentar. He aquí, en esto hay sabiduría.

6

A. Ahora, tal como dije con respecto a mi siervo Eduardo Partridge, ésta es la tierra de su residencia y la de aquéllos que él ha nombrado sus consejeros, y también la tierra de la residencia de aquél que he designado para guardar mi depósito.

B. Por lo tanto, que traigan ellos sus familias a esta tierra, según acordaren entre sí y conmigo;

C. Porque, he aquí, no está bien que yo mande en todas las cosas; porque quien es obligado en todo, el tal es un siervo negligente y no sabio; por consiguiente, no recibe ningún galardón.

D. De cierto os digo, los hombres deberían estar anhelosamente dedicados a una buena causa, y hacer muchas cosas de su propia y espontánea voluntad, y llevar a cabo mucha rectitud; porque el poder está en ellos, y pueden obrar según su libre albedrío.

E. Si los hombres hacen el bien, de ningún modo perderán su galardón.

F. Pero el que nada hace hasta que se le mande, y recibe un mandamiento con corazón dudoso, y lo cumple con negligencia, el tal es condenado.

G. ¿Quién soy yo, que hice al hombre, dice el Señor, para considerar inocente a quien no obedece mis mandamientos?

H. ¿Quién soy yo, dice el Señor, para prometer y no cumplir?

I. Mando, y los hombres no obedecen, revoco, y no reciben la bendición; entonces dicen en sus corazones: Esta no es la obra del Señor, porque Sus promesas no se cumplen. Pero ¡ay de los tales! porque su recompensa les vendrá de abajo, y no de arriba.

7

A. Ahora os doy más instrucciones respecto a esta tierra.

B. Es según mi sabiduría que mi siervo Martín Harris sea un ejemplo a la Iglesia, presentando su dinero ante el obispo de la Iglesia.

C. Esta también es una ley para todo hombre que venga a esta tierra a recibir una heredad; y hará con su dinero lo que indica la ley.

D. Es sabiduría también que se compren terrenos en Independence para colocar el depósito, y también para la imprenta.

8

A. Mi siervo Martin Harris recibirá del Espíritu Santo otras instrucciones que le conciernen, a fin de que reciba su heredad como le parezca bien.

B. Ha de arrepentirse de sus pecados, pues busca las alabanzas del mundo.

9

A. Que mi siervo Guillermo W. Phelps ocupe el puesto al cual le he nombrado, y reciba su heredad en esta tierra.

B. También él tiene necesidad de arrepentirse, pues, yo, el Señor, no estoy muy complacido con él, porque quiere ensalzarse y no es suficientemente humilde ante mí.

C. He aquí, quien se ha arrepentido de sus pecados, el tal es perdonado y yo, el Señor, no me acuerdo más de ellos.

D. Por esto podéis saber si un hombre se arrepiente de sus pecados: He aquí, los confesará y los desechará.

E. De cierto os digo, en lo tocante al resto de los ancianos de mi Iglesia: La hora de recibir sus heredades en esta tierra todavía no llegará aún durante muchos años, a no ser que lo pidan mediante la oración de fe, y aun entonces únicamente según se les será designado por el Señor.

F. Pues, he aquí, ellos promoverán la reunión de la gente desde los confines de la tierra; por lo tanto, congregaos, y los que no son nombrados para quedarse en esta tierra, que prediquen el evangelio en las regiones de alrededor; y luego que vuelvan a sus hogares.

G. Que prediquen por el camino y den testimonio de la verdad en todas partes, exhortando al rico, al pobre, al arrogante y al humilde a que se arrepientan; y que estos ministros establezcan congregaciones de mi Iglesia, en cuanto se arrepientan los habitantes de la tierra.

10

Por la voz de la Iglesia nómbreseles a las congregaciones en el estado de Ohio un agente para que reciba dinero con el objeto de comprar tierras en Sión.

11

A. Le doy a mi siervo. Sidney Rigdon, un mandamiento que escriba una descripción de la tierra de Sión, y una declaración de la voluntad de Dios, según se lo manifieste el Espíritu Santo;

B. Y una epístola y suscripción que serán presentadas en todas las congregaciones de la Iglesia a fin de obtener dinero, que se entregará en manos del obispo para comprar terrenos que serán la heredad de los hijos de Dios, compras que serán hechas por el obispo o su agente, como mejor le parezca a aquél, o según él lo indique.

C. He aquí, de cierto os digo: El Señor quiere que los discípulos y los hijos de los hombres abran sus corazones, aun hasta comprar toda esta región del país, tan pronto como sea factible.

D. He aquí, en esto hay sabiduría; que hagan esto, no sea que no reciban heredad sino por el derramamiento de sangre.

12

A. Después de obtener terrenos, hay que mandar obreros de toda clase a esta tierra, para trabajar por los miembros de la Iglesia de Dios. Que se hagan todas estas cosas en orden.

B. De vez en cuando el obispo o el agente de la Iglesia ha de dar a conocer los beneficios de las tierras; y no se haga el recogimiento de mi pueblo con prisa ni precipitación; más bien que lo haga como lo aconsejaren los ancianos de la Iglesia en las conferencias, y según el conocimiento que reciban de vez en cuando.

13

A. Que mi siervo Sidney Rigdon consagre y dedique al Señor esta tierra, así como el sitio del Templo.

B. Que se convoque la asamblea de una conferencia, y después, que vuelvan de ella mis siervos Sidney Rigdon, José Smith, hijo, y también Oliverio Cowdery con ellos, para cumplir lo restante de la obra que les he designado en sus propias tierras y lo demás que dirigieren las conferencias.

14

A. Que nadie regrese de esta tierra sin dar testimonio por el camino de lo que sabe y cree con toda seguridad.

B. Que se le quite a Ziba Peterson lo que le ha sido conferido y quede él como miembro de la Iglesia, trabajando con sus propias manos, junto con los hermanos, hasta que sea suficientemente castigado por todos sus pecados, porque no los confiesa, y piensa esconderlos.

15

A. Que el resto de los ancianos de esta Iglesia, los que vienen a esta tierra, algunos de los cuales son sumamente bendecidos en gran manera, celebren también una conferencia en esta tierra.

B. Es mi voluntad que mi siervo Eduardo Partridge dirija la conferencia que ellos celebraren.

C. Que regresen también ellos, predicando el evangelio por el camino, dando testimonio de las cosas que les son reveladas.

D. Porque, de cierto, la voz ha de salir de este lugar a todo el mundo; y hasta las partes más remotas de la tierra, ha de predicarse el evangelio a toda criatura, y las señales seguirán a los que creyeren. He aquí, el Hijo del Hombre viene. Amén.