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He aquí, así dice el Señor a vosotros mis siervos José Smith, hijo, y Sidney Rigdon, que en verdad ha llegado la hora en que es necesario y conforme a mis propósitos que abráis vuestras bocas para proclamar mi evangelio, es decir las cosas del reino, exponiendo sus misterios por medio de las Escrituras Sagradas, de acuerdo con aquella porción del Espíritu y del poder que se os dará, según mi voluntad.
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A. De cierto os digo: Proclamad al mundo en las regiones circundantes y por una temporada también en la Iglesia, aun hasta que se os avise.
B. De cierto ésta es una misión que os doy por una temporada; por lo tanto, trabajad en mi viña.
C. Exhortad a los habitantes de la tierra, y testificad y preparad la vía para los mandamientos y revelaciones que han de venir.
D. Ahora, he aquí, en esto hay sabiduría: Quien leyere, que comprenda y lo reciba también; porque a quien recibiere se le dará poder más abundante.
E. Así pues, confundid a vuestros enemigos; invitadlos a reunirse con vosotros, tanto en público como en privado; y en tanto que seáis fieles la vergüenza de ellos se pondrá de manifiesto.
F. Por lo tanto, dejad que presenten sus fuertes razones contra el Señor.
G. De cierto así os dice el Señor: No hay arma forjada contra vosotros que pueda prosperar; y si alguien alzare su voz contra vosotros, será confundido a mi propio y debido tiempo; por consiguiente, guardad estos mandamientos; son verdaderos y fieles. Así sea. Amén.