Sección 9

1

A. He aquí, te digo, hijo mío, puesto que no tradujiste según lo que deseaste de mí, y empezaste de nuevo a escribir para mi siervo José Smith, hijo, aun así quisiera yo que continuases hasta concluir estos escritos que le he confiado a él.

B. Luego, he aquí, tengo otros escritos, y te daré poder para que ayudes a traducirlos.

2

A. Ten paciencia, hijo mío, porque es según mi sabiduría, y no es conforme a mi voluntad que traduzcas por ahora.

B. He aquí, la obra que has sido llamado a realizar es la de escribir para mi siervo José.

C. He aquí, es porque no continuaste como al principio, cuando empezaste a traducir, que te he quitado este privilegio.

D. No murmures, hijo mío, porque es según mi sabiduría que te he tratado de esta manera.

3

A. He aquí, no lo has comprendido; has supuesto que te lo concedería cuando no pensaste sino en preguntármelo;

B. Pero, he aquí, te digo que tienes que considerarlo bien en tu mente.

C. Después has de preguntarme si es correcto, y si fuere correcto, haré que arda tu pecho dentro de ti; por esta razón, sentirás que es correcto.

D. Mas si no fuere correcto, no tendrás tales sensaciones, sino que te sobrevendrá una torpeza de reflexión que te hará olvidar la cosa errónea.

E. Por lo tanto, no puedes escribir lo que es sagrado, a menos que te lo dé yo.

4

A. Ahora bien, si hubieses sabido esto, habrías podido traducir; sin embargo, no es prudente que traduzcas por ahora. He aquí, cuando comenzaste era oportuno; pero tuviste miedo, y ya ha
pasado el tiempo y ahora no es conforme a mi voluntad.

B. Pues, ¿no ves que le he dado a mi siervo José Smith fuerza suficiente mediante la cual se compensa, y a ninguno de vosotros dos he condenado?

5

A. Haz esto que te he mandado, y prosperarás. Sé fiel y no cedas a ninguna tentación.

B. Mantente firme en la obra a la cual te he llamado, y no se perderá ni un solo cabello de tu cabeza, y en el postrer día serás exaltado. Amén.