Sección 90

1

A. De cierto, así dice el Señor: Sucederá que toda alma que abandone sus pecados y venga a mí, que invoque mi nombre, obedezca mi voz y guarde mis mandamientos, verá mi faz, y sabrá que yo soy, y que soy la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene al mundo.

B. Y que estoy en el Padre, y el Padre en mí, y el Padre y yo somos uno; el Padre, porque Él me dio de Su plenitud; y el Hijo, porque estuve en el mundo e hice de la carne mi tabernáculo, y habité entre los hijos de los hombres.

C. Estuve en el mundo y recibí de mi Padre, y Sus obras se manifestaron claramente. Juan vio y dio testimonio de la plenitud de mi gloria; y la plenitud de este relato de Juan será revelado en el porvenir.

D. Éste dio testimonio diciendo: Vi su gloria, y que Él era en el principio antes de que el mundo fuese; así que, en el principio existía el Verbo; porque Él era el Verbo, aún el mensajero de salvación, la luz y el Redentor del mundo.

E. El Espíritu de verdad que vino al mundo porque el mundo fue hecho por Él; y en Él estaba la vida y la luz de los hombres.

F. Los mundos fueron hechos por Él. Los hombres fueron hechos por Él. Todas las cosas por Él fueron hechas, y mediante Él y de Él.

G. Yo Juan, doy testimonio de que contemplé Su gloria, gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad; es decir, el Espíritu de Verdad, que vino y vivió en la carne, y habitó entre nosotros.

2

A. Yo, Juan, vi que al principio no recibió de la plenitud, sino que recibía gracia tras gracia; y no recibió de la plenitud al principio, mas progresaba de gracia en gracia, hasta recibir la plenitud.

B. Por esto se le llamó el Hijo de Dios, porque no recibió de la plenitud al principio.

C. Yo, Juan, doy testimonio: He aquí, los cielos se abrieron y el Espíritu Santo descendió sobre Él en forma de paloma, y permaneció sobre Él, y vino una voz de los cielos que dijo: Éste es mi Hijo amado.

D. Yo, Juan, doy testimonio de que recibió la plenitud de la gloria del Padre; recibió todo poder, tanto en los cielos como en la tierra, y la gloria del Padre estaba con Él, porque en Él moraba.

3

A. Y acontecerá que, si sois fieles, recibiréis la plenitud del relato de Juan.

B. Os digo estas palabras para que podáis comprender y sepáis como habéis de adorar, y a quién adoráis, a fin de que podáis venir al Padre en mi nombre, y al debido tiempo recibir de su Plenitud;

C. Porque si guardáis mis mandamientos, recibiréis de su Plenitud y seréis glorificados en mí, como yo lo soy en el Padre. Por lo tanto, os digo que recibiréis gracia tras gracia.

4

A. Ahora, de cierto os digo: Yo estuve en el principio con el Padre, y soy el Primogénito; todos los que por medio de mí son engendrados espiritualmente, son participantes de la gloria del Padre, y son la iglesia del Primogénito.

B. Vosotros también estuvisteis en el principio con el Padre, o sea un espíritu, aun el espíritu de verdad; y la verdad es el conocimiento de las cosas como son, y como eran, y como han de ser el espíritu de Satanás, el cual fue mentiroso desde el principio.

C. El espíritu de Verdad es de Dios. Yo soy el espíritu de Verdad.

D. Juan dio testimonio de mí, diciendo: Él recibió la plenitud de la verdad; sí, aun de toda la verdad, y ningún hombre recibe la plenitud, a no ser que guarde los mandamientos de Dios.

E. El que guarda sus mandamientos recibe verdad y luz, hasta que es glorificado en la verdad y sabe todas las cosas.

5

A. El hombre estaba también en el principio con Dios. La inteligencia, o la luz de verdad, no fue creada ni hecha, ni tampoco lo puede ser.

B. Toda verdad, así como toda inteligencia, tiene libertad para obrar por sí misma en aquella esfera en que Dios la colocó; de otro modo, no hay existencia.

C. He aquí, en esto consiste tanto el libre albedrío del hombre como también su condenación, porque lo que ha sido desde el principio le es claramente manifestado, y no acepta la luz.

D. Todo hombre cuyo espíritu no recibe la luz, está bajo condenación, porque el hombre es espíritu.

E. Los elementos son eternos, y espíritu y elemento, inseparablemente unidos, reciben una plenitud de gozo; y cuando están separados, el hombre no puede recibir esta plenitud de gozo.

F. Los elementos son el tabernáculo de Dios; sí, el hombre es el tabernáculo de Dios, aun son Sus templos; y cualquiera de estos templos que fuere profanado, Dios lo destruirá.

6

A. La gloria de Dios es la inteligencia, o dicho de otro modo, luz y verdad; y la luz y la verdad rechazan a Satanás.

B. Todos los espíritus de los hombres fueron inocentes en el principio, y habiendo Dios redimido al hombre de la caída, los hombres volvieron a quedar de nuevo en su estado anterior, inocentes ante Dios.

C. Debido a la desobediencia de los hombres y a causa de las tradiciones de sus padres, Satanás viene y les quita la luz y la verdad.

D. Mas yo os he mandado criar a vuestros hijos de acuerdo con la luz y la verdad.

E. De cierto yo te digo a ti, mi siervo Federico G. Williams: Has continuado bajo esta condenación; no has enseñado a tus hijos la luz y la verdad, conforme a los mandamientos, y Satanás todavía tiene poder sobre ti, y ésta es la causa de tu aflicción.

F. Ahora te doy un mandamiento: Si quieres verte libre, tienes que poner en orden a los de tu propia casa; porque en tu familia hay muchas cosas que no están bien.

7

De cierto te digo a ti mi siervo Sydney Rigdon que en ciertas cosas no ha guardado los mandamientos en lo tocante a sus hijos; por lo tanto, que él los ponga primeramente en orden.

8

A. De cierto le digo a mi siervo José Smith, hijo, o dicho de otro modo, os llamaré amigos, y tendréis una herencia conmigo;

B. Os llamé siervos por causa del mundo, y sois los siervos de los hombres por mi causa; y ahora, de cierto le digo a José Smith, hijo: No has guardado los mandamientos, y es preciso que seas reprendido ante el Señor.

C. Es necesario que tu familia se arrepienta y abandone algunas cosas, y preste más sincera atención a tus palabras, o serán quitados de su lugar.

D. Lo que digo a uno, lo digo a todos: Orad siempre, no sea que Satanás tenga poder sobre vosotros y os quite de vuestro puesto.

9

Además mi siervo Newell K. Whitney, obispo de mi Iglesia, también tiene necesidad de ser reprendido y de poner en orden su familia, y de ver que sean más diligentes y atentos en el hogar, y que oren siempre, o serán quitados de su lugar.

10

Ahora os digo, amigos míos: A mi siervo Sydney Rigdon dése prisa, y emprenda su viaje, y proclame también el año de la buena voluntad del Señor y el evangelio de salvación, según yo le daré que hablare, y por vuestra oración unánime de fe le sostendré.

11

Que mi siervo José Smith, hijo, y Federico G. Williams se apresuren también, y les será dado de acuerdo con la oración de fe; y en cuanto guardáis mis palabras, no seréis confundidos ni en este mundo ni en el venidero.

12

De cierto os digo que es mi voluntad que os apresuréis a traducir mis Sagradas Escrituras y adquirir un conocimiento de la historia, de los países, los reinos, las leyes de Dios y de los hombres, y todo esto para la salvación de Sión. Amén.