Sección 92

1

A. De cierto, así os dice el Señor a vosotros, a quienes amo, y a los que amo también castigo, para que les sean perdonados sus pecados; porque con el castigo preparo el medio de librarlos de la tentación en todas las cosas; y a vosotros os he amado.

B. Por lo tanto, es preciso que seáis castigados y reprendidos ante mi faz, porque habéis cometido un pecado muy grave contra mí, en no haber considerado en todo el gran mandamiento que os he dado concerniente a la edificación de mi Templo.

C. Para la preparación con que me propongo preparar a mis apóstoles para que poden mi viña por última vez, a fin de que yo lleve a cabo mi obra singular y derrame mi Espíritu sobre toda carne.

D. Mas, he aquí, de cierto os digo: Hay entre vosotros muchos a quienes he llamado y que han sido ordenados, pero pocos son escogidos para recibir el Espíritu Santo.

E. Los que no son escogidos han cometido un pecado muy grave, pues ellos andan en tinieblas a mediodía; y por esta razón os mandé convocar vuestra asamblea solemne;

F. Con el fin de que vuestros ayunos y vuestros lamentos subiesen al oído del Señor de los Ejércitos, que interpretado quiere decir: El Creador del primer día; el principio y el fin.

2

A. Sí, de cierto os digo: Os di el mandamiento de que edificaseis un Templo, en el cual me propongo investir, con poder de lo alto, a los que he escogido; porque ésta es la promesa del Padre para vosotros;

B. Por lo tanto, os mandé esperar, aun como mis apóstoles en Jerusalén; no obstante mis siervos cometieron un pecado muy grave; y surgieron contiendas en la Escuela de los Profetas, cosa que fue muy grave para mí, dice vuestro Señor; por consiguiente, los envié para que fueran castigados.

3

A. De cierto os digo: Es mi voluntad que edifiquéis un Templo; y si guardáis mis mandamientos, tendréis el poder de construirlo. Si no guardáis mis mandamientos, el amor del Padre no permanecerá con vosotros por ello, andaréis en tinieblas.

B. Ahora bien, he aquí la sabiduría y la voluntad del Señor: Que se edifique el Templo, no según la manera del mundo, porque no os dejo que viváis según las costumbres del mundo.

C. Así pues, edificadlo de acuerdo con el método que mostraré a tres de vosotros, a los cuales nombraréis y ordenareis a este poder.

D. El tamaño del salón, por dentro, ha de ser diez y siete metros de ancho, por veinte y tres metros de largo.

E. Me consagraréis a mí el piso principal del salón para vuestras ofrendas sacramentales y para vuestra predicación; para vuestros ayunos y vuestra oración, para ofrecerme vuestros más santos deseos, dice el Señor.

F. Y consagradme el piso primero del salón para la escuela de mis apóstoles, dice el Hijo Ahman; o en otras palabras, el Alfa, o en otras palabras, la Omega; o sea, Jesucristo vuestro Señor. Amén.