Sección 95

1

A. De cierto os digo, amigos míos: No temáis, y consuélense vuestros corazones, sí, regocijaos por siempre, y dad gracias en todo, manteniendo pacientemente vuestra confianza en el Señor.

B. Vuestras oraciones han llegado a los oídos del Señor de los Ejércitos, y están registradas con este sello y testamento:

C. El Señor ha jurado y decretado que ellas serán concedidas; así pues, Él os hace esta promesa, con un pacto inmutable de que serán cumplidas, y todas las cosas con las que habéis sido afligidos obrarán juntamente para vuestro bien y para la gloria de mi nombre, dice el Señor.

2

A. Y ahora, de cierto os digo en lo tocante a las leyes del país: Es mi voluntad que mi pueblo procure observar todo lo que yo le mandare; y aquella ley del país que fuere constitucional, y que apoyare ese principio de la libertad que mantiene los derechos y los privilegios, pertenece a toda la humanidad y es justificable ante mí.

B. Por lo tanto, yo, el Señor, os justifico a vosotros y a vuestros hermanos de mi Iglesia, en apoyar la que fuere la ley constitucional del país; y en cuanto a la ley del hombre, todo lo que fuere más o menos que dichos derechos y privilegios provienen del diablo.

C. Yo, Dios el Señor, os hago libres; por consiguiente, sois libres en verdad, y la ley también os hace libres; sin embargo, cuando el inicuo gobierna, el pueblo lamenta.

D. De modo que es preciso buscar, con diligencia, a hombres buenos y sabios a quienes debéis apoyar. De lo contrario, lo que fuere menos que esto, proviene del diablo.

3

A. Os doy un mandamiento, que hayáis de desechar todo lo inicuo y que os adhiráis a todo lo bueno, para que viváis de acuerdo con cada palabra que sale de la boca de Dios; porque Él dará a los fieles, línea tras línea, mandato sobre mandato.

B. Con esto os examinaré y os probaré, y quien diere su vida por mi causa, por amor de mi nombre, la hallará otra vez; aun en la vida eterna.

C. Pues no tengáis miedo de vuestros enemigos; porque he decretado en mi corazón, dice el Señor, poneros a prueba en todas las cosas, para ver si permaneciereis fieles a mi pacto, aun hasta la muerte, a fin de que seáis hallados dignos.

D. Porque si no permaneciereis fieles a mi pacto, no sois dignos de mí; por lo tanto, renunciad a la guerra y proclamad la paz, y procurad diligentemente volver los corazones de los hijos hacia sus padres, y los corazones de los padres hacia los hijos.

E. Y además, los corazones de los judíos a los profetas, y los profetas a los judíos, no sea que yo venga e hiera toda la tierra con una maldición, y toda carne sea consumida ante mí.

F. No se turben vuestros corazones, porque en casa de mi Padre muchas moradas hay, y yo he preparado un lugar para vosotros, y en donde mi Padre y yo estamos, allí estaréis vosotros también.

4

A. He aquí, yo, el Señor, no estoy complacido con muchos de los miembros de la Iglesia en Kirtland, porque no abandonan sus pecados ni sus inicuas costumbres, ni el orgullo de sus corazones, ni su codicia, ni todas sus cosas detestables, para observar las palabras de sabiduría y de vida eterna que yo les he dado.

B. De cierto os digo, que yo, el Señor, los castigaré y haré lo que me pareciere, si no se arrepienten y observan todo lo que les he dicho.

C. Y otra vez os digo: Si hacéis todo lo que os mando, yo, el Señor, desviaré de vosotros toda ira e indignación, y los poderes de Satanás no prevalecerán contra vosotros.

5

A. Ahora os hablo respecto de vuestras familias: Si los hombres os hicieren mal a vosotros o a vuestras familias una vez, y lo sobrelleváis con paciencia, sin injuriarlos ni procurar vengaros, seréis recompensados; mas si no lo soportáis con paciencia, os será contado como una medida justa que os es impartida.

B. Además si vuestro enemigo os hiciere mal por segunda vez, y no le injuriáis a vuestro enemigo, y lo sobrelleváis pacientemente, vuestra recompensa será cien veces más.

C. Asimismo, si él os hiciere daño por tercera vez, y lo soportáis con paciencia, vuestra recompensa os será cuatro tantos más; y estos tres testimonios permanecerán para mal sobre vuestro enemigo, y no serán borrados, si no se arrepiente.

D. Ahora, de cierto os digo, si dicho enemigo escapare de mi venganza, de tal modo que no fuese traído a juicio delante de mí, entonces tendréis cuidado de advertirle en mi nombre que no venga más contra vosotros ni contra vuestras familias, aun los hijos de vuestros hijos hasta la tercera y cuarta generación.

E. Entonces, si viniere contra vosotros o vuestros hijos, o los hijos de vuestros hijos hasta la tercera y cuarta generación, yo entregaré a vuestro enemigo en vuestras manos, y entonces, si le perdonáis, seréis recompensados por vuestra justicia; y también vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos, hasta la tercera y cuarta generación.

F. No obstante, está en vuestras manos, y si le pagáis según sus obras, quedáis justificados, si él ha procurado mataros y vuestras vidas están en peligro por causa de vuestro enemigo, está él en vuestras manos y quedáis justificados.

6

A. He aquí, ésta es la ley que di a mi siervo Nefí, y a vuestros antepasados José, Jacob, Isaac y Abraham, así como a todos mis antiguos profetas y apóstoles.

B. Además, ésta es la ley que di a mis antiguos: Que no habían de hacer la guerra contra ninguna nación, tribu, lengua o pueblo, salvo que yo, el Señor, lo mandara.

C. Si alguna nación, tribu, lengua o pueblo proclamaba la guerra en contra de ellos, primero habían de levantar un estandarte de paz a esa nación, lengua o pueblo, y si dicho pueblo no aceptaba la oferta de paz, ni la segunda, ni la tercera vez, los antiguos habían de traer estos testimonios ante el Señor.

D. Entonces, yo, el Señor, les daba un mandamiento, y los justificaba al salir a defenderse luchando contra esa nación, lengua o pueblo.

E. Yo, el Señor, luchaba sus batallas, y las batallas de sus hijos, y las de los hijos de sus hijos, hasta que se habían vengado de todos sus enemigos, hasta la tercera y cuarta generación.

F. He aquí, dice el Señor vuestro Dios: Esto servirá de ejemplo a todo pueblo, para que haya justificación ante mí.

7

A. Además, de cierto os digo: Si vuestro enemigo, después de que haya venido contra vosotros la primera vez, se arrepintiere y viniere a vosotros pidiendo vuestro perdón, le perdonaréis, y no lo tendréis por más tiempo como testimonio contra vuestro enemigo;

B. Y así hasta la segunda y tercera vez, y tantas veces como vuestro enemigo se arrepienta de las ofensas que haya cometido contra vosotros, le perdonaréis hasta setenta veces siete.

C. Si transgrediere contra vosotros, y no se arrepintiere la primera vez, aun así le habéis de perdonar; y si transgrediere contra vosotros la segunda vez sin arrepentirse, a pesar de todo habéis de perdonarle, y si transgrediere contra vosotros la tercera vez y tampoco se arrepintiere, asimismo le habéis de perdonar.

D. Mas si transgrediere contra vosotros la cuarta vez, no le habéis de perdonar, sino que traeréis estos testimonios ante el Señor, y no serán borrados hasta que él se arrepienta y os reponga cuatro tantos en todas las cosas en que os haya dañado.

E. Si hiciere esto, le perdonaréis de todo corazón; y si no lo hiciere, yo, el Señor os vengaré de vuestro enemigo cien veces más; y de sus hijos, y de los hijos de sus hijos, de todos los que me odian, hasta la tercera y la cuarta generación.

F. Mas si los hijos o los nietos se arrepintieren, y se tornaren al Señor su Dios, de todo su corazón, diligencia, entendimiento, y energía, y repusieren al cuádruplo todos los daños que hayan cometido ellos o sus padres, o los padres de sus padres;

G. Entonces vuestra indignación se desviará de ellos, y no vendrá más sobre ellos la venganza, dice el Señor vuestro Dios, y sus transgresiones nunca más serán presentadas como testimonio en contra de ellos ante el Señor. Amén.