Sección 97

1

A. De cierto, así os dice el Señor a vosotros, amigos míos, Sidney Rigdon y José Smith: Vuestras familias están bien; están en mis manos, y haré con ellas como me parezca bien, porque en mí se halla todo poder; por lo tanto, seguidme, y escuchad los consejos que os daré.

B. He aquí, tengo mucha gente en este lugar, en las regiones circundantes, y se abrirá una puerta eficaz en las regiones inmediatas de esta región del este.

C. Es por ello que yo, el Señor, os he permitido venir a este lugar; porque tal era mi voluntad para la salvación de las almas.

D. Por lo tanto, de cierto os digo, alzad vuestras voces hacia esta gente; expresad los pensamientos que yo pondré en vuestros corazones, y no seréis confundidos ante los hombres; porque os será dado en aquella misma hora, sí, en el momento preciso, lo que habéis de decir.

2

A. Pero un mandamiento os doy, que cuanto declaréis en mi nombre sea en solemnidad de corazón, con el espíritu de mansedumbre, en todas las cosas.

B. Yo os hago esta promesa, que si hacéis esto, se derramará el Espíritu Santo, testificando de todas las cosas que habláreis.

3

A. Es conforme a mi voluntad que tú, mi siervo Sidney Rigdon, seas el vocero para esta gente; sí, de cierto, te ordenaré a este llamamiento, aun el de ser vocero de mi siervo José Smith.

B. Yo le daré a éste el poder de ser potente en testimonio; y a ti, Sidney Rigdon, te daré el poder de exponer con potencia todas las Escrituras y de ser su vocero, y él te será un revelador, para que sepas con certeza todo lo referente a las cosas de mi reino en la tierra.

C. Continuad, pues, vuestro viaje, y regocíjense vuestros corazones; porque, he aquí, estoy con vosotros aun hasta el fin.

4

A. Ahora, una palabra concerniente a Sión: Sión será redimida, aunque sea castigada por una corta temporada.

B. Vuestros hermanos, mis siervos Orson Hyde y Juan Gould, están en mis manos, y si guardan mis mandamientos, serán salvos.

C. Por tanto, consuélense vuestros corazones, porque todas las cosas obrarán juntamente para el bien de los que andan en rectitud, así como para la santificación de la Iglesia;

D. Porque levantaré para mí un pueblo puro que me servirá rectamente; y todos los que invocan el nombre del Señor y guardan Sus mandamientos, serán salvos. Así sea. Amén.