Sección 10

1

A. Una obra grande y maravillosa está a punto de aparecer entre los hijos de los hombres.

B. He aquí, yo soy Dios; escucha atentamente mi palabra, que es viva, eficaz y más aguda que una espada de dos filos, y capaz de dividir en dos no sólo las coyunturas, sino también los tuétanos.

C. Por consiguiente, presta atención a mi palabra.

2

A. He aquí, el campo ya está blanco, listo para la siega; por tanto, quien quisiere segar, que meta su hoz con fuerza y siegue mientras dure el día, a fin de que pueda así atesorar para su alma la salvación sempiterna en el reino de Dios.

B. Sí, quienquiera que meta su hoz y siegue, aquél es llamado de Dios;

C. Por lo tanto, si me pidieres, recibirás; si llamares, se te abrirá.

3

A. Ahora bien, como me lo has pedido, he aquí, te digo: Guarda mis mandamientos y esfuérzate en poner de manifiesto y establecer la causa de Sión.

B. No procures riquezas, sino sabiduría, y he aquí, los misterios de Dios te serán revelados, y entonces serás rico.

C. He aquí, quien tiene la vida eterna es rico.

4

A. De cierto, de cierto te digo, que te será hecho de acuerdo con lo que de mí deseas; y si lo deseas, serás el instrumento por el cual se hará mucho bien en esta generación.

B. No prediques nada más que el arrepentimiento a esta generación.

C. Guarda mis mandamientos, y ayuda a establecer mi obra, según mis mandamientos, y serás bendecido.

5

A. He aquí, tienes un don, o tendrás un don si me lo pides con fe, con un corazón sincero, creyendo en el poder de Jesucristo, o en mi poder que te habla;

B. Porque, he aquí, soy yo el que hablo; he aquí, soy la luz que brilla en las tinieblas, y por mi poder te doy estas palabras.

6

Y ahora, de cierto, de cierto te digo: Pon tu confianza en ese Espíritu que induce a hacer el bien; sí, a hacer justicia, a andar humildemente, y a juzgar con rectitud; y éste es mi Espíritu.

7

A. De cierto, de cierto te digo: Te conferiré mi Espíritu, el cual iluminará tu mente y llenará tu alma de gozo;

B. Luego conocerás, o por esto sabrás, todas las cosas, sean las que fueren, que me pidieres pertenecientes a la rectitud, con fe creyendo en mí que las recibirás.

8

A. He aquí, te mando que no vayas a suponer que has sido llamado a predicar hasta que recibas tal llamamiento.

B. Espera un poco más, hasta que tengas mi palabra, mi roca, mi Iglesia y mi evangelio, a fin de que puedas conocer con certeza mi doctrina.

C. Luego, he aquí, conforme a tus deseos, sí, de conformidad con tu fe, te será concedido.

9

A. Guarda tú mis mandamientos; quédate tranquilo; invoca a mi Espíritu;

B. Sí, permanece tú fiel a mí con todo tu corazón, para que puedas ayudar a revelar esas cosas de las cuales se ha hablado; sí, la traducción de mi obra; sé paciente hasta llevarla a cabo.

10

A. He aquí, ésta es tu obra: Guardar mis mandamientos con toda tu diligencia, todo tu entendimiento, y toda tu fuerza; no procures declarar mi palabra; procura primero obtenerla, y entonces tu lengua se verá desatada.

B. Después, si lo deseares, tendrás mi Espíritu Santo y mi palabra; sí, el poder de Dios para convencer a los hombres;

C. Pero ahora continúa tú con paciencia; estudia mi palabra que ha salido entre los hijos de los hombres, y también estudia mi palabra que aparecerá entre ellos, es decir, lo que ahora se está traduciendo;

D. Si, hasta que hayas obtenido todo lo que concederé a los hijos de los hombres en esta generación; y luego todas las cosas serán añadidas.

11

A. He aquí, tú eres Hyrum, hijo mío; busca el reino de Dios, y todas las cosas te serán añadidas según lo que fuere justo.

B. Edifica sobre mi roca, la cual es mi evangelio; no niegues el espíritu de revelación, ni el espíritu de profecía, porque ¡ay de aquél que niega estas cosas!

C. Por lo tanto, atesorad en vuestros corazones hasta que sea en mi sabiduría el tiempo que hayáis de salir. He aquí, hablo a todos los que tienen deseos buenos y han metido sus hoces para segar.

12

A. He aquí, yo soy Jesucristo, el Hijo de Dios. Soy la vida y la luz del mundo. Soy el mismo que vine a los míos, y los míos no me recibieron;

B. Mas de cierto, de cierto, os digo, que a todos los que me reciban, aun a los que creyeran en mi nombre, les daré potestad de ser hechos hijos de Dios. Amén.