Sección 100

1

A. De cierto os digo, amigos míos: He aquí, os daré una revelación y un mandamiento para que sepáis cómo obrar en el desempeño de vuestros deberes concernientes a la salvación y la redención de vuestros hermanos, a quienes han esparcido por la tierra de Sión, dispersados y heridos por las manos de mis enemigos, sobre quienes, en mi propio tiempo, derramaré sin medida mi ira.

B. Hasta ahora los he dejado para que cumplan la medida de sus iniquidades y su copa se llene, y para que aquéllos que llevan mi nombre, fuesen castigados por una corta temporada con un grave y penoso castigo, porque no escucharon del todo los preceptos y mandamientos que les di.

2

A. Pero de cierto os digo, que he promulgado un decreto que los de mi pueblo han de realizar, con tal de que desde esta hora misma observaren el consejo que yo, el Señor su Dios, les diere.

B. He aquí, empezarán a prevalecer en contra de mis enemigos desde esta misma hora, porque yo lo he decretado: y cuidándose de observar todas las palabras que yo, el Señor su Dios, les diere, jamás cesarán de prevalecer, hasta que los reinos del mundo sean sometidos debajo de mis pies; y se haya dado la tierra a los santos para que la posean por siempre jamás.

C. Mas en cuanto no guardan mis mandamientos, ni procuran observar todas mis palabras, los reinos del mundo prevalecerán en contra de ellos, porque los de mi pueblo fueron puestos para ser una luz al mundo, y para ser los salvadores de los hombres.

D. Y por cuanto no son los salvadores de los hombres, son como la sal que ha perdido su sabor, y entonces no sirve para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.

3

A. Mas de cierto os digo que he decretado que vuestros hermanos quienes han sido dispersados han de volver a las tierras de sus heredades, y restablecerán los lugares desolados de Sión; porque tras mucha tribulación, como os he dicho en un mandamiento anterior, viene la bendición.

B. He aquí, ésta es la bendición que he prometido, la cual vendrá después de vuestras tribulaciones y las de vuestros hermanos: Vuestra redención y la de vuestros hermanos; aun su restauración en la tierra de Sión, para ser establecidos y nunca más ser derribados.

C. No obstante, si profanan sus heredades, serán derribados; porque no los perdonaré si las profanan.

D. He aquí, os digo, la redención de Sión tiene que llevarse a cabo con poder; por lo tanto, le levantaré a mi pueblo un varón quien los guiará como Moisés guió a los hijos de Israel, porque vosotros sois los hijos de Israel y de la simiente de Abraham.

E. Es menester sacaros de la servidumbre con poder, y con brazo extendido; y tal como vuestros antepasados fueron guiados al principio, aun así será la redención de Sión.

F. No desmayen pues, vuestros corazones, porque no os digo como dije a vuestros antecesores: Mi ángel subirá delante de vosotros, pero no mi presencia; sino que a vosotros os digo: Mis ángeles irán delante de vosotros y también mi presencia, y con el tiempo poseeréis la buena tierra.

4

De cierto, de cierto os digo que mi siervo José Smith, hijo, es el hombre a quien comparé con el siervo a quien el Señor de la viña habló en la parábola que os he dado.

5

A. Por lo tanto, que diga mi siervo José Smith, hijo, a la fuerza de mi casa, mis jóvenes y los de mediana edad: Congregaos en la tierra de Sión, en la tierra que he comprado con dinero que se me ha consagrado;

B. Y que todas las congregaciones envíen con su dinero a hombres sabios, y compren terrenos aun como les he mandado. En cuanto, después de estos testimonios que contra ellos me habéis presentado, mis enemigos os acometieren para echaros de mi buena tierra, que he consagrado como la tierra de Sión; o sea, vuestros propios terrenos; vosotros los maldeciréis.

C. Y a quienquiera que maldijereis, yo maldeciré; y vosotros me vengaréis de mis enemigos; y mi presencia os acompañará, al vengarme vosotros de mis enemigos, hasta la tercera y la cuarta generación de los que me aborrecen.

6

A. Que nadie tema dar su vida por mi causa; porque quien diere su vida por mi causa, la hallará de nuevo. Y el que no quisiere dar su vida por mi causa, no es mi discípulo.

B. Es mi voluntad que mi siervo Sidney Rigdon alce su voz en las congregaciones de las regiones del este, preparando las congregaciones de la Iglesia para que guarden los mandamientos que les he dado en lo tocante a la restauración y redención de Sión.

C. Es mi voluntad que mi siervo Parley P. Pratt y mi siervo Lyman Wight no vuelvan a la tierra de sus hermanos hasta que hayan obtenido compañías que vayan a la tierra de Sión en número de diez, o veinte, o cincuenta, o cien, hasta que lleguen al número de quinientos los de la fuerza de mi casa.

D. He aquí, ésta es mi voluntad: Pedid y recibiréis, mas los hombres no siempre cumplen con mi voluntad; de modo que, si no podéis obtener quinientos, procurad diligentemente obtener quizá trescientos;

E. Y si no podéis conseguir trescientos, procurad diligentemente obtener por ventura cien.

F. Mas de cierto os digo, un mandamiento os doy: Que no subáis a la tierra de Sión hasta que hayáis obtenido a cien de los de la fuerza de mi casa, para que suban con vosotros a la tierra de Sión.

G. Por lo tanto, como os dije, pedid y recibiréis; orad encarecidamente a fin de que tal vez mi siervo José Smith, hijo, vaya con vosotros y presida en medio de mi pueblo, y organice mi reino en la tierra consagrada; y establezca a los hijos de Sión sobre las leyes y mandamientos que ya se os han dado, y los que se os darán.

7

A. Lograréis toda victoria y toda gloria mediante vuestra diligencia, fidelidad y oraciones de fe.

B. Que mi siervo Parley P. Pratt viaje con mi siervo José Smith, hijo. Que mi siervo Lyman Wight viaje con mi siervo Sidney Rigdon. Que mi siervo Hyrum Smith acompañe a mi siervo Federico G. Williams.

C. Que mi siervo Orson Hyde viaje con mi siervo Orson Pratt, adondequiera que mi siervo José Smith, hijo, les aconsejare, para realizar el cumplimiento de estos mandamientos que os he dado, y dejad el resto en mis manos. Así sea. Amén