Sección 130

1

Obedeciendo al Espíritu Santo y a los propósitos del día de ayuno y oración, observé este día con la Iglesia. Hasta ahora he estado haciendo súplicas al Dios a quien servimos y renové mi súplica en el espíritu del deseo de la Iglesia, pidiendo instrucción y luz, y ahora me hallo preparado para presentar a la Iglesia lo que se me ha manifestado, en mi calidad de oficial presidente, por quien el Maestro puede hablar a Su pueblo.

2

A. Así dice la voz del Espíritu Santo: A fin de que el Concilio de los Doce Apóstoles se halle en mejor condición, para llevar a cabo la obra del ministerio en los varios campos ministeriales,

B. Es conforme a mi voluntad que los ancianos Guillermo H. Kelley, Isaac N. White y Juan W. Wight queden relevados de los deberes activos del concilio apostólico, en razón de las crecientes debilidades de la edad y las incapacidades ocasionadas por las enfermedades corporales.

C. Y queden con sus compañeros entre los sumos sacerdotes y los patriarcas de la Iglesia para los servicios especiales que se les pueden deparar, según la sabiduría y el llamamiento del Espíritu Santo.

3

A. Es también conforme a mi voluntad que el anciano Federico A. Smith esté relevado de las actividades del concilio, a fin de que pueda ocupar el lugar de su padre, el anciano Alejandro H. Smith como Patriarca Presidente de la Iglesia.

B. Según la tradición de los ancianos él debe ser escogido y ordenado a este oficio, relevando así al anciano José R. Lambert de los onerosos deberes con que ha servido fielmente desde la muerte del Patriarca Presidente.

4

A. Para llenar las vacantes causadas por el relevo de estos ancianos del concilio apostólico, los ancianos Jaime E. Kelley, Guillermo M. Aylor, Pablo M. Hanson y Jaime A. Gillen pueden ser escogidos y ordenados como apóstoles para encargarse junto con los demás miembros del concilio de la supervisión de las labores del campo ministerial.

B. Estos siervos, llamados y escogidos de este modo, si son fieles, recibirán las bendiciones de que han disfrutado los que les precedieron en el concilio apostólico,

C. Y tendrán derecho a recibir el ministerio del Espíritu Santo que continuará habilitándoles para el desempeño de los deberes de la posición a la que se les llama.

D. Los Doce Apóstoles al reorganizarse para su obra pueden escoger a sus propios oficiales (presidente y secretario) por nombramiento y votación.

5

A. El Espíritu Santo dice asimismo: En los deberes del obispado, el anciano Edwin A. Blakeslee, queda en esto, llamado a una participación más activa que la que hasta ahora había tenido,

B. A fin de que pueda prestar al obispo Edmundo L. KelIy, la ayuda esencial para el éxito de la obra confiada al obispado.

C. También es conforme a mi voluntad que sea ordenado al oficio de obispo, para que pueda servir como lo hizo su padre, Jorge A. Blakeslee, quien le precedió.

6

A. El Espíritu Santo dice además: A fin de que el obispado pueda hallarse todavía más en condición de ejecutar los deberes del oficio encargado de cuidar de los asuntos temporales de la Iglesia, cuya inminente necesidad es evidente para todos.

B. La Iglesia debe autorizar al Obispo Presidente que haga la selección de alguien que esté calificado para tomar una participación activa en la obra del obispado, y a su debido tiempo, llegar a formar parte de él;

C. Y esta persona así seleccionada debe recibir el apoyo y la sanción de la Iglesia hasta que se haya calificado o descalificado a sí mismo como siervo del Maestro, en el oficio al que será llamado.

7

A. El Espíritu Santo dice también a los miembros de la Iglesia congregados y así como a los demás:

B. A fin de que los asuntos temporales de la Iglesia puedan llevarse a cabo con buen resultado, y se pueda afrontar adecuadamente, y a su debido tiempo se pueda saldar la deuda acumulada por la Iglesia en los respectivos departamentos en donde las deudas se han acumulado,

C. Quede la Iglesia aleccionada, tanto como miembros y como cuerpo de Cristo en general, para evitar la edificación innecesaria de templos o de lugares de entretenimiento o gastar de otra manera los diezmos y las ofrendas de la Iglesia en aquello que no sea esencial para el continuo progreso de la obra general;

D. Y tanto en los gastos privados como en los públicos ponga a efecto activo el principio de sacrificio y de restricción de las exigencias innecesarias;

E. Y permita así la acumulación de diezmos y ofrendas en las cuantías precisas para saldar debidamente la deuda que tiene la Iglesia como cuerpo de Cristo. Y el Espíritu Santo amonesta a la Iglesia a este respecto.

8

A. El Espíritu Santo dice asimismo: A los ancianos y los delegados congregados para hacer transacciones, se les aconseja que cesen en permitir que el espíritu de recriminación y de acusación tenga lugar en sus discursos, ya fueren públicos o privados,

B. Puesto que ello tiende a destruir la confianza y a crear recelo no tan sólo en los que se hallan presentes en los concilios en que sucede, sino también en aquéllos que llegan al conocimiento de esta forma de proceder por medio de los que se hallan presentes y contemplan lo que se dice y se hace.

C. Debería haber armonía, y el Espíritu Santo lo prescribe a todos, a fin de que se recuerde al Maestro que con mansedumbre y la debida moderación llevó a cabo la gran obra a la que había sido llamado.

9

A. El Espíritu Santo dice además: Se ha advertido anteriormente a la Iglesia de que los hijos de los principales oficiales de la Iglesia están llamados y pueden ser escogidos en los oficios respectivos a los que el Espíritu Santo pueda designar,

B. Y la Iglesia debe estar preparada, cuando surja la necesidad, de escoger adecuadamente a los oficiales que se indique, para que ellos ocupen las posiciones para las que tienen sus respectivos llamamientos.

C. Aún hay otros en reserva, quienes mediante el testimonio de que Jesús es el Cristo y de que la doctrina es verdadera, son aptos para servir igual que aquéllos a quienes se envía como apóstoles de paz, vida y salvación para los que se hallan pasando trabajos en los valles de humillación y angustia de espíritu.

Lamoni Estado de Iowa, EE.UU.,
el 14 de Abril de 1913