Sección 141

A los Concilios, Órdenes Sacerdotales de la Iglesia y a la Conferencia General:

Desde el día establecido para ayunar y especialmente desde la pérdida por la muerte del apóstol Jorge Lewis, me he visto impulsado a inquirir los propósitos divinos con respecto a las necesidades de la Iglesia. A consecuencia de ello, se me ha manifestado luz e inteligencia, y me hallo permitido presentar lo siguiente a modo de estímulo y de instrucción:

A la Iglesia:

1

Mi siervo Jorge G. de Lewis ha sido quitado de entre vosotros para mis propios propósitos. Ha sido fiel, y sus labores me han sido aceptables.

2

Mi siervo Myron A. McConley queda honrosamente relevado de sus deberes como apóstol, y debe ser ordenado al oficio de evangelista y servir como miembro de este orden.

3

A fin de que el Concilio de los Doce Apóstoles quede completado y la obra de este concilio siga adelante, es mi voluntad que mis siervos Percy E. Farrow y Reed M. Holmes sean ordenados y puestos aparte para el oficio apostólico y se les designen responsabilidades misioneras.

4

A. Hay otros en los concilios dirigentes que también han servido fielmente, cuyo ministerio ha de continuar, según mi sabiduría, por algún tiempo; pero puedo tomarlos para morar conmigo, o a mi propio y debido tiempo, podrán ser relevados a causa de su edad o de sus debilidades.

B. Hay entre el conjunto de los miembros de mi sacerdocio aquéllos que son llamados y quienes serán escogidos, si son fieles, para sucederles por lo tanto, todos quedan exhortados a habilitarse en espíritu por medio del ministrar y testificar de Jesucristo.

5

El tiempo de urgencia nos sobreviene; el periodo que queda hasta la próxima Conferencia General, como ya ha sido estipulado, ha de caracterizarse por una preparación especial de mi Iglesia como organización, de mi pueblo y sobre todo por parte de mi sacerdocio si ha de haber quienes se califiquen para asumir y llevar las responsabilidades de los que caigan, fallezcan o sean relevados.

6

A. En la medida que sea posible, que los Setentas designados releven a mis siervos del Concilio de los Doce Apóstoles de la labor en regiones distantes o en donde la obra de la Iglesia queda poco desarrollada, y que los Doce Apóstoles procuren perfeccionar la obra en las regiones más próximas a la sede de la Iglesia, iniciando la obra en nuevos lugares.

B. Los ministros residentes, y especialmente las autoridades de los distritos y de las estacas, tienen la responsabilidad de ayudar en estas labores.

C. Muchos de los ancianos residentes que no se hallan actualmente designados al ministerio de tiempo completo tienen el deseo de obrar en nuevos lugares, y lo harán si se les solicita y se les dan responsabilidades.

7

A. La unidad y el espíritu de tolerancia que patentizan mis siervos en los concilios de la Iglesia merecen mi alabanza.

B. Cada uno debe esforzarse, orando con devoción, para que alcance una constante y mayor dedicación a la obra a la que ha sido llamado.

C. Mis siervos no deben cansarse de hacer el bien. El adversario está pronto para desanimarles y destruir así la eficacia de ellos.

8

A. La Iglesia queda de nuevo advertida de que recae sobre todos una responsabilidad conjunta.

B. Asumida adecuada y equitativamente, esta responsabilidad garantizará el éxito, la consumación será gloriosa, y todos participarán de esta gloria.

Israel A. Smith
Servidor de la Iglesia

Independence, Estado de Missouri, EE.UU.,
el 2 de Cctubre de 1948