Sección 145

Desde que se hizo patente que el peso de la dirección profética de la Iglesia recaería sobre mí, di una consideración en mis oraciones a las necesidades de la Iglesia, y procuré conseguir encarecidamente la luz divina con todos los poderes mentales y corporales de que puedo disponer. Como consecuencia de ello, y de otras experiencias que juzgo inspirativas, presento este mensaje a los miembros de la Iglesia como la voluntad y los propósitos de Dios para con Su pueblo.

Ahora hace casi siete semanas desde que tuvo lugar la experiencia inicial. Mientras escribo estas palabras recibo la confirmación de estas cosas

A los Ancianos de la Iglesia y a la Conferencia General:

1

He acogido en mi seno a los míos. Es según mi sabiduría que mi siervo Israel A. Smith fuese relevado de sus onerosos deberes. Ha recibido su recompensa con los fieles.

2

Es mi voluntad que F. Enrique Edwards continúe como consejero al Presidente del Sumo Sacerdocio y la Iglesia, y como miembro del Concilio de la Primera Presidencia. Es llamado a este oficio a causa de su preparación durante largos años de servicio fiel y ha de ser ordenado en razón del fortalecimiento y del apoyo que puede dar a sus compañeros y en los concilios de mi Iglesia.

3

Mauricio L. Draper es llamado de entre sus hermanos para ocupar la otra vacante en el Concilio de la Primera Presidencia. Al ocupar así su lugar como consejero al Presidente de la Iglesia y como miembro del Concilio de la Primera Presidencia, su apostolado queda extendido dentro de dicha presidencia.

4

A. Debido a las flaquezas de la carne, mi bienamado y fiel servidor Elbert A. Smith ha correspondido a las indicaciones del Espíritu Santo al renunciar de su oficio como Patriarca Presidente de la Iglesia.

B. Se le llama a Roy A. Cheville a ocupar este puesto en mi Iglesia, y debe ser escogido y puesto aparte para este oficio importante y santo, y recibir la responsabilidad de presidir a los hermanos de la orden patriarcal como Patriarca Presidente. Esto va en armonía con las instrucciones que di en épocas anteriores a los miembros de mi Iglesia.

5

A. La sabiduría de efectuar cambios en el Concilio de los Doce Apóstoles era un problema continuo en la mente de mi siervo que se ha ido a recibir su recompensa. Es una preocupación grave y continúa de aquél a quien he designado para conduciros como sucesor suyo, y aunque todavía no es oportuno que yo revele todas las cosas que serán, deben hacerse los cambios siguientes.

B. Pocos en mi Iglesia han servido tanto tiempo y tan fielmente como mi siervo, Pablo M. Hanson. Queda honrosamente relevado de sus responsabilidades como miembro del Concilio de los Doce Apóstoles, pero queda a su propia elección el servir como miembro del sumo sacerdocio dondequiera y cuandoquiera que la oportunidad se presente y sus fuerzas lo permitan.

C. Asimismo, mis siervos Daniel T. Williams y Edmundo J. Gleazer, que han servido también en los concilios de mi Iglesia durante un largo período y con evidente distinción, quedan honrosamente relevados de sus responsabilidades en el Concilio de los Doce Apóstoles.

6

A. Aunque existe un solo oficio en la orden patriarcal, tiene múltiples funciones. Todos mis siervos que han sido llamados a este oficio no serán igualmente versados en cada una de las diferentes funciones.

B. Mi siervo Daniel T. Williams tiene la facultad de aconsejar, amonestar y dar bendiciones patriarcales. Si es fiel, mi siervo Edmundo J. Gleazer será bendecido especialmente en el ministerio de la predicación de la palabra, mientras conserve su salud y su vigor.

C. Estos hijos míos ahora son llamados a ser patriarcas y deben ser ordenados en armonía y de conformidad con mi voluntad revelada por el espíritu de sabiduría. Esto debe hacerse tan pronto como sea factible a fin de que ni una jota ni un tilde de su eficacia ministerial se pierdan para mí.

7

En consonancia con mi voluntad que ahora os es revelada, Carlos D. Neff y Clifford A. Cole deben ser ordenados apóstoles y ocupar sus lugares en el Concilio de los Doce Apóstoles junto con sus hermanos cuyo deber es el de extender el evangelio por todo el mundo como testigos especiales.

8

Es mi voluntad que venga pronto el día en que las disposiciones de mi ley sean comprendidas suficientemente para permitir que se desaten los lazos de la indecisión y que el cumplimiento de mis propósitos quede consumado.

9

Hay otros en mi sacerdocio que son llamados al apostolado y que, si son fieles, ocuparán sus lugares en ese concilio al debido tiempo. Aun cuando sería de desear que los concilios estuviesen completos, no es conforme a mis propósitos que se haga por esta vez. Tal como lo he hecho saber a mi siervo, queda ya muy poco tiempo para que todas las cosas queden aclaradas. Amén.

Vuestro servidor en Cristo,
W. Wallace Smith

Independence, Estado de Missouri, EE.UU.,
el 8 de Octubre de 1958