Sección 16

1

A. Ahora, he aquí, referente al asunto que tú, mi siervo Oliverio Cowdery, has deseado saber de mí, te digo estas palabras:

B. He aquí, en muchas ocasiones, por mi Espíritu, te he manifestado que las cosas que has escrito son verdaderas; por consiguiente, tú sabes que son verdaderas;

C. Si sabes que son verdaderas, he aquí, te doy un mandamiento, que confíes en las cosas que están escritas; porque en ellas están escritas todas las cosas concernientes al fundamento de mi Iglesia, mi evangelio y mi Roca;

D. Por eso, si edificares mi Iglesia sobre el fundamento de mi evangelio y de mi Roca, los poderes de Satanás no prevalecerán contra ti.

2

A. He aquí, el mundo va madurándose en la iniquidad, y es preciso incitar a los hijos de los hombres, tanto los gentiles como la casa de Israel, a que se arrepientan;

B. Por lo tanto, como tú has sido bautizado por mano de mi siervo José Smith, hijo, de conformidad con lo que le mandé, él ha dado cumplimiento a lo que le mandé.

C. No te maravilles de que le haya llamado para mi propio propósito, el cual propósito me es conocido.

D. De modo que, si él fuere diligente en guardar mis mandamientos será bendecido para la vida eterna, y su nombre es José.

3

A. Ahora, Oliverio Cowdery, por vía de mandamiento, te hablo a ti, así como a David Whitmer;

B. Pues, he aquí, mando a todos los hombres en todas partes que se arrepientan, y os hablo a vosotros, aun como a Pablo mi apóstol, porque sois llamados con el mismo llamamiento con el cual él fue designado.

C. Recordad que el valor de las almas es grande ante los ojos de Dios; porque, he aquí, el Señor vuestro Redentor padeció muerte en la carne; así que sufrió las penas de todos los hombres, para que todos los hombres se arrepintiesen y viniesen a Él.

D. Y ha resucitado de entre los muertos, para traer a todos los hombres a Él, a condición de que se arrepientan.

E. ¡Cuán grande es Su gozo por el alma que se arrepiente! Así que, sois llamados a proclamar el arrepentimiento a este pueblo.

F. Y si fuere que trabajareis todos vuestros días proclamando el arrepentimiento a este pueblo, y me trajereis, tan sólo un alma, ¡cuán grande será vuestro gozo con esa persona en el reino de mi Padre!

4

A. Si vuestro gozo será grande con una sola alma que me hayáis traído al reino de mi Padre, ¡cuán grande será vuestro gozo si me trajereis muchas almas!

B. He aquí, tenéis mi evangelio ante vosotros, y mi Roca y mi salvación.

C. Pedid al Padre en mi nombre, creyendo con fe que recibiréis, y tendréis al Espíritu Santo que manifiesta todas las cosas, aquello que es conveniente para los hijos de los hombres.

D. Si no tenéis fe, esperanza y caridad, nada podéis hacer. No contendáis contra ninguna iglesia, a no ser la iglesia del diablo.

E. Tomad sobre vosotros el nombre de Cristo, y hablad la verdad con cordura; y todos los que se arrepientan y sean bautizados en mi nombre, el cual es Jesucristo, y perseveren hasta el fin, serán salvos.

F. He aquí, Jesucristo es el nombre dado por el Padre, y no hay ningún otro nombre dado por el cual el hombre pueda ser salvo;

G. Así que todos los hombres tienen que tomar sobre si el nombre dado por el Padre, de ese nombre se les llamará en el postrer día; de modo que, si no saben el nombre por el cual se les llamará, no pueden tener lugar en el reino de mi Padre.

5

A. He aquí, hay otros que son llamados a declarar mi evangelio, tanto a los gentiles como a los judíos; sí, aun doce; y los doce apóstoles serán mis discípulos, y tomarán mi nombre sobre sí;

B. Y los Doce Apóstoles serán aquellos que desearán tomar mi nombre sobre sí con firme propósito de corazón; y si desearen tomar mi nombre sobre sí, con pleno propósito de corazón, serán llamados para ir por todo el mundo y predicar mi evangelio a toda criatura.

C. Estos son los que son ordenados por mí para bautizar en mi nombre, según lo que está escrito; y tenéis ante vosotros lo que está escrito; por lo tanto, es necesario ponerlo por obra de acuerdo con las palabras que están escritas.

D. Ahora, hablo a los Doce Apóstoles: He aquí, mi gracia os basta; es preciso que andéis con rectitud ante mí, y no pecar.

E. He aquí, sois los que son ordenados por mí para ordenar sacerdotes y maestros para declarar mi evangelio, de acuerdo con el poder del Espíritu Santo que está en vosotros, y de conformidad con los llamamientos y dones de Dios a los hombres; y yo, Jesucristo, vuestro Señor y vuestro Dios, lo he dicho.

F. Estas palabras no son de hombres, ni de hombre, sino mías; por lo tanto, testificaréis que vienen de mí, y no del hombre; porque es mi voz que os las dice; porque os son dadas por mi Espíritu;

G. Y por mi poder os las podéis leer los unos a los otros, y si no fuere por mi poder, no podríais tenerlas; por lo tanto podéis testificar que habéis oído mi voz, y
conocéis mis palabras.

6

A. Ahora, he aquí, te designo a ti, Oliverio Cowdery, y también a ti, David Whitmer, que busquéis a los doce que tengan los deseos de que he hablado; y por sus deseos y sus obras los conoceréis;

B. Y cuando los hayáis encontrado, les mostraréis estas cosas.

C. Os postraréis y adoraréis al Padre en mi nombre; y debéis predicar al mundo diciendo:

D. Tenéis que arrepentiros y ser bautizados en el nombre de Jesucristo; porque todos los hombres tienen que arrepentirse y ser bautizados, y no sólo los hombres, sino las mujeres, y los niños que lleguen a la edad de responsabilidad.

7

A. Después de haber recibido esto, es menester que guardéis mis mandamientos en todas las cosas;

B. Y por vuestras manos efectuaré una obra maravillosa entre los hijos de los hombres, para convencer a muchos de sus pecados, a que procedan al arrepentimiento y vengan al reino de mi Padre.

C. Así es que, las bendiciones que os doy son mayores que todas las cosas.

D. Después de haber recibido esto, si no guardáis mis mandamientos, no podéis ser salvos en el reino de mi Padre.

E. He aquí, yo, Jesucristo, vuestro Señor, vuestro Dios, y vuestro Redentor, por el poder de mi Espíritu, lo he dicho. Amén.