Sección 26

1

A. Escucha la voz de Jesucristo, tu Señor, tu Dios y tu Redentor, cuya palabra es viva y poderosa.

B. Porque, he aquí, te digo que no importa lo que comeréis o lo que beberéis al participar del sacramento de la Cena del Señor, con tal de que lo hagáis con el sólo propósito de glorificarme;

C. Recordando ante el Padre mi cuerpo que por vosotros fue sacrificado, y mi sangre que fue derramada para la remisión de vuestros pecados.

D. Por lo tanto os doy un mandamiento, que no comprareis vino, ni bebidas embriagantes de vuestros enemigos; de modo que no tomaréis de ninguno, a menos que sea recién hecho por vosotros; si, en este reino de mi Padre que se edificará sobre la tierra.

2

A. He aquí, esto es según mi sabiduría; por lo tanto, no os maravilléis, porque se acerca la hora en que beberé del fruto de la vid con vosotros en la tierra, y con Moroní, a quien he enviado a vosotros para revelar el Libro de Mormón, el cual contiene la plenitud de mi evangelio sempiterno;

B. A quien he encomendado las llaves de las escrituras del palo de Efraín; y también con Elías, a quien he encomendado las llaves para llevar a cabo la restauración de todas las cosas, o sea, el restaurador de todas las cosas concernientes a los últimos días, proclamadas por boca de todos los santos profetas desde el principio del mundo;

C. Y también con Juan, el hijo de aquel Zacarías a quien Elías visitó y le hizo la promesa de que tendría un hijo, cuyo nombre sería Juan, y que éste estaría lleno del espíritu de Elías;

D. El cual Juan he enviado a vosotros, siervos míos José Smith, hijo, y Oliverio Cowdery, para ordenaros a este primer sacerdocio que habéis recibido, para que fueseis llamados y ordenados como lo fue Aarón;

E. Y también con Elías el profeta, a quien he encomendado las llaves del poder para volver los corazones de los padres hacia los hijos y los corazones de los hijos hacia los padres, para que toda la tierra no sea herida con una maldición;

F. Y también con José, Jacob, Isaac, y Abraham, vuestros padres; por quienes permanecen las promesas; y también con Miguel, o Adán, el padre de todos, el príncipe de todos, el Anciano de Días;

3

A. Y también con Pedro, Santiago y Juan, a quienes he enviado a vosotros, y mediante quienes os he ordenado y confirmado apóstoles y testigos especiales de mi nombre, para que llevéis las llaves de vuestro ministerio;

B. Y de las mismas cosas que les revelé a ellos, a quienes he encomendado las llaves de mi reino, y una dispensación del evangelio para los últimos tiempos;

C. Y para el cumplimiento de los tiempos, en el cual juntaré en una todas las cosas, así las que están en los cielos como las que están en la tierra, y también con todos aquéllos que mi Padre me ha dado de entre el mundo.

D. Elevad pues, vuestros corazones y regocijaos, y fortificaos bien con mis verdades, y tomad sobre vosotros toda mi armadura, para que podáis resistir el día malo, habiendo acabado todo lo que os era posible para estar firmes.

E. Manteneos, pues, firmes, fortificaos bien con la verdad, vestidos con la coraza de la rectitud, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz, el cual he enviado por medio de mis ángeles para que os lo entreguen, tomando el escudo de la fe con el que podáis apagar todos los dardos de fuego de los inicuos.

F. Tomad el yelmo de la salvación, la espada de mi Espíritu, el cual derramaré sobre vosotros, y mi palabra que os revelo, y estad de acuerdo en lo tocante a todas las cosas que me pidiereis.

G. Sed fieles hasta que yo venga, y seréis arrebatados para que donde yo estoy vosotros también estéis. Amén