1
A. Orson, hijo mío, escucha, oye y mira lo que te diré yo, Dios el Señor, aun Jesucristo tu Redentor, la luz y la vida del mundo; una luz que resplandece en las tinieblas y los poderes de Satanás no prevalecen contra ella.
B. Quien de tal manera amó al mundo que dio su vida, para que cuantos creyeren llegasen a ser hijos de Dios.
C. Por lo tanto, eres mi hijo, y bendito eres porque has creído, y más bendito eres, porque yo te he llamado para predicar mi evangelio;
D. Para alzar tu voz larga y fuertemente, como con el sonido de una trompeta, y proclamar el arrepentimiento a una generación maligna y perversa; preparando el camino del Señor para Su segunda venida.
E. Porque, he aquí, de cierto, de cierto te digo: Se acerca la hora en que con poder y gran gloria vendré en una nube, y será un gran día en el tiempo de mi venida, porque todas las naciones temblarán.
2
A. Pero antes de que venga aquel gran día, el sol se oscurecerá y la luna se volverá como sangre, y las estrellas se rehusarán a dar su resplandor, y algunas caerán, y grandes destrucciones esperan a los inicuos; por consiguiente, alza tu voz y no te detengas, porque lo ha dicho Dios el Señor.
B. Por lo tanto, profetiza lo que te será dado por el poder del Espíritu Santo; y si eres fiel, he aquí, estaré contigo hasta que yo venga; y de cierto de cierto te digo: Vengo pronto.
C. Soy tu Señor y Redentor. Así sea. Amén.