Sección 45

1

A. Escuchad, oh pueblo de mi Iglesia, vosotros a quienes el reino ha sido dado, escuchad y estad atentos al que fundó la tierra sobre sus cimientos, quien hizo los cielos y todas sus huestes, y por quien fueron hechas todas las cosas que viven, se mueven y tienen ser.

B. Además os digo: Escuchad mi voz, no sea que la muerte os sobrevenga; en el momento cuando menos lo penséis, el verano habrá pasado, y la siega terminada, y vuestras almas no habrán sido salvas.

C. Escuchad al que es vuestro Abogado para con el Padre, quien defiende vuestra causa ante Él, diciendo:

D. Padre, mira los padecimientos y la muerte de Aquél que no pecó, en quien tuviste complacencia; mira la sangre de tu Hijo que fue derramada, la sangre de Aquél que diste para que tú mismo fueses glorificado;

E. Así pues, Padre, perdona a estos hermanos míos que creen en mi nombre, para que vengan a mí y tengan vida eterna.

2

A. Escuchad, oh pueblo de mi Iglesia, y vosotros los ancianos, escuchad unánimes y oíd mi voz, mientras que se llama el día: Hoy, y no endurezcáis vuestros corazones;

B. Porque de cierto os digo, que yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, la luz y la vida del mundo; una luz que resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no pueden apagarla.

C. Vine a los míos, y los míos no me recibieron, mas a cuantos me recibieron les di el poder de hacer muchos milagros y de llegar a ser hijos de Dios, y aun a los que creyeron en mi nombre les di el poder de obtener la vida eterna.

D. Aun así he enviado mi pacto sempiterno al mundo, con el fin de que sea una luz al mundo, y un estandarte para mi pueblo, para que lo busquen los gentiles, y sea un mensajero delante de mi faz, que prepare el camino delante de mí.

E. Por lo tanto, entrad en él; y razonaré con el que viniere, como con los hombres en los días de la antigüedad, y os mostraré mi potente razonamiento;

F. Por lo tanto, escuchad unánimes, y dejad que os muestre mi sabiduría, la de Aquél que decís es el Dios de Enoc y de sus hermanos, quienes fueron elevados de la tierra, y recibidos a mí mismo;

G. Una ciudad reservada hasta que venga un día de rectitud,

H. Un día que todos los hombres santos anhelaron, y no lo hallaron a causa de la iniquidad y las abominaciones; mas estos hombres rectos confesaron que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra, pero obtuvieron la promesa de que estarían presentes en aquel día y lo verían en la carne.

I. Por tanto, escuchad, y razonaré con vosotros, y os hablaré y profetizaré, como con los hombres en la antigüedad.

J. Yo os lo mostraré claramente, como lo mostré a mis discípulos cuando estuve ante ellos en la carne, y les hablé diciendo:

K. Como me habéis preguntado acerca de las señales de mi venida, en el día cuando vendré en mi gloria en las nubes del cielo para cumplir las promesas que he hecho a vuestros padres;

L. Pues así como vosotros habéis considerado como un cautiverio la larga separación de vuestros espíritus de vuestros cuerpos, yo os enseñaré cómo vendrá el día de la redención, y también la restauración de Israel disperso.

3

A. Y ahora veis este Templo que está en Jerusalén, el cual llamáis la casa de Dios, y vuestros enemigos dicen que esta casa jamás caerá.

B. Pero de cierto os digo que la desolación vendrá sobre esta generación como un ladrón en la noche, y este pueblo será destruido y dispersado entre todas las naciones.

C. Este Templo que ahora veis será derribado, de modo que no quedará una piedra sobre otra.

D. Y sucederá que esta generación de los judíos no pasará sin que se verifique toda la desolación que os he dicho acerca de ellos.

E. Decís que sabéis que el fin del mundo viene; también decís que sabéis que los cielos y la tierra pasarán; y en esto decís verdad, porque así es; pero estas cosas que os he dicho no pasarán hasta que todas sean cumplidas.

F. Esto os he dicho acerca de Jerusalén; y cuando viniere ese día, un residuo será esparcido entre todas las naciones, pero será recogido de nuevo; no obstante permanecerá esparcido hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.

4

A. En ese día se oirá hablar de guerras y rumores de guerras y toda la tierra estará en conmoción, y desfallecerán los corazones de los hombres, y dirán que Cristo demora Su venida hasta el fin de la tierra.

B. El amor de los hombres se enfriará, y abundará la iniquidad; y cuando haya entrado el tiempo de los gentiles, nacerá una luz entre los que se encuentran en las tinieblas, y será la plenitud de mi evangelio;

C. Mas no lo recibirán, porque no percibirán la luz, y volverán sus corazones contra mí a causa de los preceptos de los hombres.

D. En esa generación se cumplirá el tiempo de los gentiles; y habrá hombres en esa generación que no pasarán hasta que vean el turbión de un azote, porque una enfermedad desoladora caerá sobre la tierra;

E. Pero mis discípulos estarán en lugares santos, y no serán desplazados; mas entre los inicuos los hombres levantarán sus voces y maldecirán a Dios, y morirán.

F. También habrá terremotos en diversos lugares y muchas desolaciones; aun así los hombres endurecerán sus corazones contra mí, y empuñarán la espada los unos contra los otros, y se matarán.

5

A. Y ahora, cuando yo, el Señor, hube dicho estas palabras a mis discípulos, ellos se turbaron;

B. Y les dije: No os turbéis, porque cuando todas estas cosas acontezcan, sabréis que las promesas que os han sido hechas se cumplirán;

C. Y cuando naciere aquella luz, les ocurrirá a los de esa generación como en una parábola que os enseñaré:

D. Miráis y observáis las higueras y las veis con vuestros ojos; y cuando empiezan a retoñar y sus hojas todavía están tiernas, decís que el verano se acerca;

E. Aun así, será en aquel día, cuando vean todas estas cosas, entonces sabrán que la hora se acerca.

6

A. Y acontecerá que todos los que me teman estarán esperando la venida del gran día del Señor, o sea las señales de la venida del Hijo del Hombre.

B. Verán señales y prodigios, porque se mostrarán arriba en los cielos y abajo en la tierra.

C. Verán sangre y fuego y vapores de humo; y antes de que venga el día del Señor, el sol se obscurecerá, y la luna se volverá como sangre, y estrellas caerán del cielo.

D. El residuo de Israel será congregado en este lugar; y entonces me esperarán, y he aquí vendré.

E. Me verán en las nubes del cielo, revestido de poder y gran gloria, con todos los santos ángeles; y el que no me esperare, será cortado.

7

A. Pero antes de que cayere el brazo del Señor, un ángel tocará su trompeta, y los santos que hubieren dormido saldrán para recibirme en la nube.

B. Por lo tanto, si hubiereis dormido en paz, benditos seréis, porque así como ahora me veis, y sabéis que soy yo, así también vendréis a mí y vivirán vuestras almas, y vuestra redención será perfeccionada, y los santos vendrán de los cuatro ángulos de la tierra.

8

A. Entonces el brazo del Señor caerá sobre las naciones, y en aquel día el Señor pondrá Su pie sobre este monte y se partirá por en medio, y la tierra temblará y titubeará.

B. Los cielos también se estremecerán, y el Señor hablará y en todos los confines de la tierra la gente la oirá, y las naciones de la tierra se enlutarán.

C. Los que han reído verán su insensatez, y la calamidad cubrirá al burlador, y el escarnecedor será consumido, y los que se han desvelado para hacer la iniquidad serán cortados y echados al fuego.

9

A. Entonces los judíos me mirarán y preguntarán: ¿Qué son estas heridas en tus manos y en tus pies?

B. Luego sabrán que yo soy el Señor, porque les diré: Estas heridas son las con que fui herido en casa de mis amigos.

C. Yo soy Aquél que fue levantado. Soy Jesucristo, el que fue crucificado. Yo soy el Hijo de Dios.

D. Entonces llorarán a causa de sus iniquidades; y se lamentarán porque persiguieron a su Rey.

10

A. Entonces serán redimidas las naciones paganas, y los que no conocieron mi ley tendrán parte en la primera resurrección, y se les tratará con misericordia; y Satanás será atado para que no halle cabida en los corazones de los hijos de los hombres.

B. En aquél día cuando venga yo en mi gloria, se cumplirá la parábola que conté acerca de las diez vírgenes; porque en cuanto a los que son prudentes y han recibido la verdad, y han tomado al Espíritu Santo por guía, y no han sido engañados, de cierto os digo:

C. Estos no serán cortados, ni echados al fuego, sino que serán capaces de soportar el día de Su venida, y la tierra les será dada como herencia.

D. Se multiplicarán y se fortalecerán, y sus hijos crecerán sin pecado para la salvación, porque el Señor estará en medio de ellos, y Su gloria estará sobre ellos, y Él será su Rey y su legislador.

11

A. Y ahora, he aquí, os digo, no os será dado saber más respecto a este capítulo, hasta que esté traducido el Nuevo Testamento, en el cual todas estas cosas serán manifestadas.

B. Por lo tanto os concedo que podáis traducirlo ahora, con el fin de que estéis preparados para las cosas venideras; porque de cierto os digo que os esperan grandes cosas.

C. Oís hablar de guerras en países extranjeros, pero, he aquí, os digo: Están cerca, aun a vuestras puertas, y dentro de pocos años oiréis hablar de guerras en vuestras propias tierras.

12

A. Por lo tanto, yo, el Señor, he dicho: Recogíos de entre las tierras del este del país; congregaos, ancianos de mi Iglesia;

B. Id a las regiones occidentales del país; llamad a los habitantes al arrepentimiento, y si se arrepienten, estableced congregaciones para mí.

C. Luego, con corazones y mentes unánimes, juntad vuestras riquezas para que podáis comprar una heredad que más adelante os será designada, y se llamará la Nueva Jerusalén, una tierra de paz, una ciudad de refugio, un lugar de seguridad para los santos del Dios Altísimo.

D. La gloria del Señor estará allí, y la imponente potestad del Señor también estará allí, de modo que los inicuos no entrarán en ella; y será llamada Sión.

13

A. Y acontecerá entre los inicuos que todo hombre que no quisiere tomar su espada contra su prójimo tendrá que huir a Sión para hallar seguridad.

B. Y serán reunidas en ella gente de todas las naciones bajo el cielo; y será el único pueblo que no estará en guerra, los unos contra los otros.

C. Y se dirá entre los inicuos: No vayamos a guerrear contra Sión, porque el poder de Dios se halla entre los habitantes de Sión, y por lo tanto no podemos hacerles frente.

14

Y acontecerá que los fieles serán recogidos de entre todas las naciones, y vendrán a Sión cantando cánticos de gozo sempiterno.

15

A. Ahora os digo: Cuidad que estas cosas no se divulguen entre el mundo hasta que sea conforme con mi voluntad, para que podáis cumplir esta obra a los ojos del pueblo y ante los ojos de vuestros enemigos, a fin de que no sepan de vuestras obras hasta que hayáis cumplido lo que os he mandado.

B. Para que cuando lo sepan, puedan considerar estas cosas, porque cuando el Señor aparezca, será terrible para los inicuos, de forma que el temor se apoderará de ellos, y se mantendrán alejados y temblarán.

C. Todas las naciones tendrán temor, a causa de la fuerza de la justicia y la imponente potestad del Señor. Así sea. Amén.