Sección 46

1

A. Escuchad, oh pueblo de mi Iglesia porque de cierto os digo, que estas cosas os fueron dichas para vuestro provecho e instrucción;

B. Pero, sin embargo, de las cosas que han sido escritas, a los ancianos de mi Iglesia siempre se les ha concedido, desde el principio, y siempre será así, que conduzcan todos los servicios según fueren guiados por el Espíritu Santo;

C. No obstante, se os manda que nunca excluyáis a nadie de vuestros servicios públicos que se celebran ante el mundo.

D. También se os manda que no excluyáis de vuestros cultos de la Cena del Señor a ninguno que sea miembro de la Iglesia. Sin embargo, si alguien ha transgredido, no le permitáis tomar del pan y del vino hasta que se haya hecho reconciliación.

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Y además os digo, que no excluiréis de vuestros cultos de la Cena del Señor a nadie que sinceramente esté buscando el reino de Dios. Esto lo digo de los que no son de la Iglesia.

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A. Respecto a vuestros cultos de confirmación, os digo, que si estuvieren presentes algunos que no son miembros de la Iglesia, quienes sinceramente estuvieren buscando el reino de Dios, no les negaréis el derecho de quedarse;

B. Mas en todo se os manda que pidáis a Dios, quien da generosamente, y lo que el Espíritu Santo os testificare, eso quisiera yo que hicieseis con toda santidad de corazón,

C. Andando con rectitud ante mí, considerando el fin de vuestra salvación, haciendo todas las cosas con oración y acción de gracias, para que no seáis seducidos por espíritus inicuos, ni doctrinas de demonios, ni mandamientos de hombres; porque algunos son de los hombres y otros de los demonios.

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A. Por lo tanto, tened cuidado que nadie os engañe, y para que no os engañen, procurad diligentemente los dones mejores, siempre recordando para qué se dan;

B. Porque de cierto os digo: Se dan para el beneficio de los que me aman y guardan todos mis mandamientos, y para quienes procuran hacerlo, para que se beneficien todos los que de mí buscan y piden; mas éstos no lo piden por señal para gastarlo en sus concupiscencias.

5

A. Además, de cierto os digo: Quisiera que en todo momento recordaseis y tuvieseis siempre presente en vuestras mentes, lo que son esos dones que se dan a la Iglesia; porque cada don no se los da a todos.

B. Hay muchos dones, y a cada cual le es dado un don por el Espíritu de Dios.

C. A unos les es dado uno, y a otros otro, para que así todos reciban provecho.

D. A unos el Espíritu Santo les da a saber que Jesucristo es el Hijo de Dios, y que fue crucificado para los pecados del mundo.

E. A otros les es dado creer en las palabras de aquéllos, para que también éstos tengan vida eterna, si permanecen fieles.

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A. Además, el Espíritu Santo da a algunos saber la propiedad de los ministerios divinos, conforme a lo que fuere agradable al mismo Señor, y según Su voluntad, proporcionando sus misericordias según las condiciones de los hijos de los hombres.

B. Además, a unos les es dado por el Espíritu Santo discernir la diversidad de operaciones, si es que son de Dios, para que las manifestaciones del Espíritu Santo le sean dadas a cada uno para su provecho.

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A. De cierto os digo: A unos les es dada, por el Espíritu Santo, la palabra de sabiduría;

B. A otros, la palabra de conocimiento, para que todos sean enseñados a ser sabios y a tener conocimientos.

C. A unos les es dado tener fe para ser sanados, y a otros les es dado tener fe para sanar.

D. Asimismo, a unos les es concedido el obrar milagros; y a otros les es dado profetizar, y a otros el discernimiento de espíritus.

E. A unos les es concedido hablar en lenguas, y a otros les es dada su interpretación.

F. Todos estos dones vienen de Dios, para el beneficio de Sus hijos.

G. Al obispo de la Iglesia, y a cuantos Dios designare y ordenare para velar sobre la Iglesia, y ser sus ancianos, se les dará el poder de discernir todos estos dones, no sea que haya entre vosotros alguno que profesare tenerlos sin ser de Dios.

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A. Y acontecerá que el que pidiere en el Espíritu, recibirá en el Espíritu; para que a algunos les pueda ser concedido tener todos estos dones, para que haya una cabeza, a fin de que cada miembro reciba provecho de ellos.

B. El que pide en el Espíritu, pide según la voluntad de Dios; por lo tanto se hace tal como él pide.

9

A. Además os digo: Todas las cosas han de hacerse en el nombre de Cristo, todo cuanto hiciereis en el Espíritu;

B. Y habéis de dar gracias a Dios en el Espíritu por cualquier bendición con que fuereis bendecidos; y habéis de practicar la virtud y la santidad ante mí continuamente. Así sea. Amén.