Sección 61

1

A. He aquí, escuchad la voz de Aquél que tiene todo poder, que existe desde la eternidad hasta la eternidad, aun el Alfa y la Omega, el principio y el fin.

B. He aquí, de cierto así os dice el Señor: Oh vosotros, los ancianos de mi Iglesia, quienes os habéis reunido en este lugar, vuestros pecados ahora os son perdonados, porque yo, el Señor, perdono los pecados y soy misericordioso para con aquéllos que los confiesan con corazones humildes.

C. De cierto os digo: No es menester que este grupo entero de mis ancianos viaje con prisa sobre las aguas, mientras que los habitantes en ambos lados perecen en la incredulidad.

D. Sin embargo, lo permití para que pudieseis dar testimonio; He aquí, hay muchos peligros sobre las aguas y máxime desde ahora en adelante, porque yo, el Señor, he decretado en mi ira muchas destrucciones sobre las aguas; sí; y especialmente sobre éstas.

E. No obstante, toda carne está en mis manos, y el que fuere fiel de entre vosotros no perecerá por las aguas.

2

A. Es mi voluntad, pues, que mi siervo Sidney Gilbert y mi siervo Guillermo W. Phelps se apresuren a cumplir su encargo y misión.

B. Sin embargo, yo no quería permitir que os separaseis hasta que hubieseis sido castigados por todos vuestros pecados, a fin de que seáis uno y no perezcáis en la iniquidad.

C. Ahora, de cierto os digo: Es mi voluntad que os separéis; por lo tanto, que mis siervos Sidney Gilbert y Guillermo W. Phelps tomen sus compañeros anteriores y se apresuren en su viaje para cumplir su misión, y por medio de la fe vencerán; y si son fieles, serán preservados; y yo, el Señor, estaré con ellos.

D. Que los otros tomen la ropa que necesiten. Que mi siervo Sidney Gilbert se lleve consigo lo que no se necesitare, según lo que acordéis.

E. Ahora, he aquí, por vuestro bien, os di un mandamiento en lo tocante a estas cosas; y yo, el Señor, razonaré con vosotros como con los hombres de la antigüedad.

3

A. He aquí, yo, el Señor, en el principio bendije las aguas, mas en los postreros días, y por boca de mi siervo Juan, maldije las aguas.

B. Por lo tanto, vendrán días en que ningún ser se hallará a salvo sobre las aguas; y se dirá en los días venideros que nadie puede subir a la tierra de Sión sobre las aguas, salvo el que es de corazón recto.

C. Y como yo, el Señor, en el principio maldije la tierra, así también en los últimos días la he bendecido, a su tiempo, para el uso de mis fieles, para que participen de su abundancia.

D. Ahora os doy un mandamiento, y lo que digo a uno lo digo a todos, que prevengáis a vuestros hermanos en lo tocante a estas aguas, para que no viajen sobre ellas, no sea que les falle la fe y se hallen víctimas de los peligros de dichas aguas;

E. Yo, el Señor, lo he decretado, y el destructor anda sobre la haz de las aguas, y no revoco el decreto; ayer, yo, el Señor estuve enojado con vosotros, mas hoy mi ira se ha apartado.

F. Por lo tanto, os digo nuevamente: Que emprendan rápidamente su viaje aquéllos de quienes he dicho que se apresuren. Me es igual, que después de algún tiempo vayan por agua o por tierra, si es que cumplen su misión; que se haga conforme a lo que les sea manifestado, según el juicio de ellos de aquí en adelante.

4

A. Ahora, respecto a mis siervos Sidney Rigdon, José Smith, hijo, y Oliverio Cowdery, que no vayan otra vez sobre las aguas, a menos que sea por el canal, al ir a sus hogares o, dicho de otro modo, no viajarán sobre las aguas, excepto por el canal.

B. He aquí, yo, el Señor, les he señalado a los de mi Iglesia la manera que han de viajar; y he aquí, ésta es la manera: Que después de salir del canal, irán por tierra, por cuanto se les ha mandado partir y subir a la tierra de Sión; y lo harán como los hijos de Israel, plantando sus tiendas por el camino.

5

A. He aquí, daréis este mandamiento a todos vuestros hermanos; no obstante, a quien se dé el poder de mandar a las aguas, a éste el Espíritu Santo le hará conocer todos sus caminos.

B. Por lo tanto, que haga él lo que le mande el Espíritu del Dios viviente, ya sea sobre las aguas o sobre la tierra, según me parezca hacer más adelante; ya vosotros os es manifestado el rumbo o la vía que el grupo de los miembros de mi Iglesia han de seguir en su viaje.

C. Además, de cierto os digo, que mis siervos Sidney Rigdon, José Smith, hijo, y Oliverio Cowdery no han de hablar en las congregaciones de los inicuos hasta que lleguen a Cincinnati.

D. En ese lugar alzarán sus voces a Dios en contra de esa gente; sí, hacia Aquél cuya ira está encendida en contra de su iniquidad; una gente casi madura para la destrucción.

E. De allí, que vayan a las congregaciones de sus hermanos en la Iglesia, porque ya se necesitan sus ministerios mucho más entre éstos que entre las congregaciones de los inicuos.

6

A. Ahora, en cuanto a los otros, que vayan declarando la palabra entre las congregaciones de los inicuos, en el grado en que les sea manifestado. Si hacen esto, limpiarán sus vidas, y quedarán sin mancha ante mí.

B. Viajarán juntos, o de dos en dos, como les parezca mejor, pero que mis siervos Reinaldo Cahoon y Samuel H. Smith, con quienes estoy muy complacido, no se separen sino hasta que regresen a sus hogares, y esto para mi sabio propósito.

C. Ahora, de cierto os digo, y lo que digo a uno lo digo a todos: Tened buen ánimo hijitos, porque estoy en medio de vosotros y no os he abandonado; y por cuanto os habéis humillado ante mí, las bendiciones del reino son vuestras.

D. Aparejaos, y sed vigilantes y de juicio serio, esperando la venida del Hijo del Hombre, porque Él vendrá a una hora que no penséis.

E. Orad siempre para que no entréis en tentación, para que podáis soportar el día de su venida, ya sea en vida o en muerte. Así sea. Amén.