Sección 94

1

A. De cierto os digo, amigos míos: Os hablo por mi voz, es decir la voz de mi Espíritu, para revelaros mi voluntad con respecto a vuestros hermanos en la tierra de Sión, muchos de los cuales son verdaderamente humildes y procuran diligentemente adquirir sabiduría y hallar la verdad.

B. De cierto, de cierto os digo: Benditos son éstos, porque lo obtendrán, pues yo, el Señor, tengo misericordia hacia todos los mansos, y hacia todo lo que me place, a fin de que yo quede justificado cuando los traiga a juicio.

2

A. He aquí, os digo, en lo tocante a la escuela en Sión, que yo, el Señor, estoy muy complacido que haya una escuela en Sión.

B. También estoy muy complacido con mi siervo Parley P. Pratt, porque sigue unido a mí; y si continúa permaneciendo en mí seguirá presidiendo la escuela en la tierra de Sión hasta que yo le dé otros mandamientos.

C. Yo le bendeciré con multiplicidad de bendiciones para explicar todas las Escrituras y los misterios para la edificación de la escuela y de la Iglesia en Sión.

D. A los demás de la escuela, yo, el Señor, estoy dispuesto a manifestarles misericordia, aunque hay algunos que deben ser castigados y sus obras serán descubiertas.

E. El hacha está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no da buen fruto, será cortado y echado al fuego. Yo, el Señor, lo he dicho.

F. De cierto os digo: Acepto a todos los que de entre ellos saben que sus propios corazones son rectos, y que están quebrantados, y que sus espíritus se hallan contritos, y quienes están dispuestos a observar sus convenios por sacrificio; sí, todo sacrificio que yo, el Señor mandare.

G. Yo, el Señor, los haré producir cual árbol muy fructífero, el cual plantado en buena tierra, junto a un arroyo puro, da mucha fruta preciosa.

3

A. De cierto os digo, que es mi voluntad que se me edifique un Templo en la tierra de Sión, conforme al modelo que os he dado; sí edificadlo pronto, con los diezmos de mi pueblo.

B. He aquí, éste es el diezmo y el sacrificio que yo, el Señor, requiero de sus manos, para que se me edifique un Templo para la salvación de Sión;

C. Para que sea un lugar de acción de gracias, para todos los miembros de la Iglesia, y para que sea un lugar de instrucción para todos aquéllos que fueren llamados a la obra del ministerio, en todos sus varios llamamientos y oficios;

D. Para que se perfeccionen en el entendimiento de sus ministerios, en teoría, en principios y en doctrina, en todas las cosas que corresponden al reino de Dios sobre la tierra, las llaves del cual se os han conferido.

4

A. Dado que mi pueblo me edificare un Templo, en el nombre del Señor, y no permitiere que entrare en él nada inmundo, para que no fuere profanado, mi gloria se reposará sobre él.

B. Sí, y mi presencia estará allí, porque entraré en él, y todos los puros de corazón que allí entraren, verán a Dios; pero si fuere profanado no entraré en él, y mi gloria no estará allí, porque yo no entraré en Templos inmundos.

5

A. Ahora, he aquí, si Sión hiciere estas cosas, prosperará y se extenderá y llegará a ser muy gloriosa, muy grande y muy terrible.

B. Las naciones de la tierra la honrarán, y dirán: Ciertamente Sión es la ciudad de nuestro Dios; y seguramente Sión no puede caer, ni ser quitada de su lugar, porque Dios está allí, y la mano del Señor está allí, y Él ha jurado por el poder de Su fuerza que Él será su salvación y su atalaya.

C. Por lo tanto, de cierto así dice el Señor: que Sión se regocije, porque esto es Sión: LOS PUROS DE CORAZON; por lo tanto que Sión se regocije, mientras se lamentan todos los inicuos.

D. He aquí, la venganza viene sobre los impíos como un torbellino y, ¿quién podrá escaparse de ella? El azote del Señor pasará de noche y de día, y la noticia afligirá a todo pueblo;

E. Aun con todo esto, no cesará hasta que el Señor venga; porque contra sus abominaciones y todas sus obras inicuas se ha encendido la indignación del Señor.

F. Sin embargo, Sión escapará si observare hacer todas las cosas que yo le he mandado; mas si no hiciere todo lo que le he mandado, la visitaré según todas sus obras, con penosa aflicción, con pestilencias, con plagas, con espada, con venganza, y con fuego devorador.

G. No obstante, que se lo lea esta sola vez en sus oídos: Yo el Señor, he aceptado su ofrenda; y si no pecare ya más, ninguna de estas cosas le sobrevendrá, y la bendeciré con bendiciones y multiplicaré un sin número de bendiciones sobre ella y sobre sus generaciones, para siempre jamás, dice el Señor vuestro Dios. Amén.